vía de servicio Tazajal (Foto Armando Díaz)

Hay que recordarle a la gente que estamos en trancazo. La gente parece que vive en otro tiempo y pone las mil excusas, que hasta qué hora es la protesta, que por qué no les dan paso , decía Rosalba Fuentes, con dos carteles en forma de reloj desde la vía de servicio que da hacia Tazajal.

Tiene 60 años y hasta hace dos meses se desempeñaba como farmaceuta, pero la crisis obligó a cerrar la farmacia donde trabajaba . Ahora busca cualquier oportunidad para ganar dinero y ayudar a su madre de 80 años, que vive con ella en el 8vo piso de un edificio cercano a la zona.

Uno de los carteles dice » El tiempos se acaba y mi país no espera». El otro:  «ALTO Estamos en plantón por Venezuela». Su delgado cuerpo es el único plantado frente a los escombros que impiden el paso vehicular. Algunos carros tocan sus cornetas para que les de paso. Ella agita sus avisos con lentitud hasta que el Aveo azul da la vuelta y busca otra vía. Una mujer pasa caminando y, en voz baja, insulta a la señora.

El deseo de Fuentes es que la sociedad civil colabore. «Este es un trabajo en equipo en el que se necesita una unificación de criterios y esto no ha ocurrido a pesar de que la situación país es cada vez peor.

En el sitio hay muy poca presencia de vecinos, algo que la entristece. Para ella no es justo que, de alrededor de siete mil personas que viven en su urbanización, sólo 200 bajen a la calle y, entre esos, la mayoría sean jóvenes.

Hace calor y limpia su frente con una especie de muñequera tricolor. Marcha desde el año 2000 en contra del Gobierno, primero el de Chávez y ahora en el de Maduro. Ha participado en plantones, marchas, cadenas humanas y no se cansa ni se aburre. Lucha por su hijo, por su madre y por la juventud que sostendrá el país.

«Prefiero quedarme sin comida y protestar, que hacer cola y morir». La convicción de Fuentes está muy clara y la vía pacífica es su regla. No aprueba las discriminaciones, ni los desprecios políticos de lado y lado, pero considera que hace falta un poco de anarquía porque lo que ocurre día a día es inaceptable.

Desde las 9:00 a.m. no había luz en la zona. A la 1:00 p.m. del jueves 06 de julio tuvo que bajar las escaleras de su edificio. No le importa, si se trata de rescatar a la Venezuela que conoció en su juventud. «La de préstame un poquito de café, la de los abrazos y la de las reuniones en las que todos sonreíamos y festejábamos».

Fuentes no descansará hasta que vea a Venezuela libre, su hijo lo merece, su madre que está en silla de ruedas también. Lo hace también por aquellos que ya no están, como su esposo que murió hace 14 años, por lo que sobre sus hombros cayó la responsabilidad de una familia que sufre la crisis nacional.

 




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