Se hacía de noche en el Hospital Carabobo. Pacientes y familiares aguardaban molestos fuera del recinto, ante la negativa del personal médico de atenderlos por falta de los insumos necesarios.
Mileydis Quintero se encuentra desde hace ya unos días en el lugar. Allí vio que a una mujer embarazada no se le prestó la asistencia necesaria, con el pretexto de que no había sangre para intervenirla. «Yo intercedí por la muchacha y le dije a la cirujana de guardia que nosotros se la podíamos donar pero ella se negó rotundamente, pese a que el niño había defecado dentro del vientre de su madre y ella no podía darlo a luz de forma natural por tener la pelvis estrecha.
La insistencia de la denunciante, que es abogado, hizo que la cirujana accediera a ingresar a la mujer sólo si conseguía las bolsas de sangre requeridas, que en el mercado negro tiene un valor exorbitante.
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Angustiada, la muchacha se retiró junto a sus familiares en busca de la sangre solicitada. Ya había sido rechazada en la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET) por contaminación de los quirófanos y en el ambulatorio de Guacara por la inexistencia de material para someterla a la operación que necesita.
Un caso parecido surgió entre los presentes. Eliana Delgado se encontraba tirada en el suelo con nueve meses y seis días de gestación, a la espera de que la tratasen luego de permanecer toda la jornada en el sitio.
Las horas pasaban y la desesperación aumentaba. Delgado sujetaba fuertemente del cuello a su pareja mientras gritaba del dolor, alaridos que eran ignorados por la doctora. «Hasta que no para aquí en la calle, no le van a hacer caso» comentó enfadado su esposo.
La situación se repite en muchos pacientes. Casos como el de una adolescente que perdió los dedos de su mano por no ser atendida a tiempo o de una sexagenaria que está en terapia intensiva y a punto de morir al complicarse su estado de salud por presunta mala praxis, son una constante entre quienes acuden al Hospital Carabobo por no poder pagar un servicio privado.
