Dayrí Blanco | @DayríBlanco07
Las imágenes trascendieron de las postales y los libros de historia. Amanda Rojas se sorprendió al salir de su apartamento la mañana de este viernes. «Esto parece la posguerra», exclamó, y no se confundió. En las calles de La Isabelica están las evidencias de la represión mortal que se vivió la tarde del jueves. Piedras, ramas de árboles, casquillos de perdigones, lacrimógenas y hasta esquirlas de bala están tirados en el asfalto.
Fueron más de tres horas de ataque. De un lado funcionarios de la Guardia y la Policía Nacional Bolivariana fuertemente armados, y del otro jóvenes de la resistencia que se defendían con piedras y cohetones.
En total se contabilizaron 23 heridos. Andrés Uzcátegui falleció tras sufrir una herida a quemarropa de un funcionario de la GNB en el pecho. Un hecho que vecinos repudiaron tajantemente. «A nosotros no nos protege nadie. Ni el Gobierno. Son unos asesinos», denunció Nancy Velazco, visiblemente afectada por la muerte del joven de 23 años.
Dos unidades tácticas de represión (tanquetas) de la GNB y un grupo de funcionarios custodiando la urbanización completaban la imagen de postal de posguerra en La Isabelica.
Los uniformados estaban muy cerca del local comercial que fue incendiado la tarde del jueves. En principio los vecinos denunciaron que ahí se habían resguardado jóvenes de la resistencia durante la represión, y los propietarios avisaron a los cuerpos de seguridad para que los detuvieran. Pero uno de los de los dueños lo desmintió: «Nosotros nunca haríamos eso, fue una confusión. De hecho, no abrimos ayer para sumarnos al paro cívico», aseguró Richard Campos.