La COVID-19 ha afectado la vida de millones de personas de distintas formas, incluso sin haberse contagiado con el virus. El psicólogo José Félix Alfaro no dudó al afirmarlo: la pandemia está fomentando el desarrollo de trastornos psicológicos vinculados con el estrés, miedo, crisis de pánico y ansiedad, que a su vez deprimen el sistema inmunológico y disminuyen la capacidad de respiración.
“Durante este tiempo hemos comprobado que los estados de estrés generan desaturación de oxígeno, y este es uno de los criterios clínicos que se utilizan para entubar a las personas contagiadas. Eso sumado a la patología (de COVID-19), cuya mayor afectación es respiratoria. Una cosa va empeorando a la otra”, detalló el especialista este lunes, durante la trasmisión de El Carabobeño en Vivo a través de Instagram, @el_carabobeno.
Fue enfático al advertir que incluso quienes no tengan el virus pueden llegar a desarrollar afecciones respiratorias debido a factores psicológicos, pero son los diagnosticados los que empeoran. “Cuando estás bajo un estado de estrés prolongado, puede disminuir la capacidad respiratoria. Además, las crisis de pánico y los ataques de ansiedad aceleran el deterioro respiratorio”.
A su juicio, las personas han tenido que aprender a sobrellevar una realidad para la cual nadie estaba preparado. “No hay que sentirse mal por el hecho de que yo lo estoy manejando de un modo y los demás de otro. No hay un manual, no hay una forma específica en la cual cada ser humano tiene que comportarse”, agregó el psicólogo, quien insistió en resaltar que la pandemia ha sido detonante de fobias, ansiedad e, incluso, cuadros de hipocondriasis.
Como una recomendación general para hacer frente a la cuarentena y las restricciones propias de la pandemia, Alfaro resaltó la importancia de establecer rutinas y desarrollar hábitos que generen un marco mínimo de estabilidad, como vestirse de la misma forma en la que lo harías para salir al trabajo.
También instó a las personas a aprovechar las semanas de flexibilización para realizar actividades de esparcimiento, tomando en cuenta las medidas para prevenir la propagación de la COVID-19.
Niños, adolescentes y la pandemia
Los niños y los adolescentes no escapan de experimentar todos los síntomas del estrés y la ansiedad que los adultos también han manifestado durante los al menos ocho meses transcurridos desde la implementación de la cuarentena por la pandemia, aseveró la psicólogo infanto juvenil, Oriana Veloz.
Coincidió con su colega Alfaro en la importancia de establecer rutinas y horarios para hacer llevaderos los días de confinamiento. “El niño debe tener un horario visible, quizá en la nevera o en algún lugar donde lo pueda visualizar todos los días. Establecer horas de sueño, de comida. Las rutinas y la estructura brindan seguridad”.
En cuanto a los episodios o situaciones de ansiedad, explicó que en los niños suelen manifestarse a través de la molestia, conductas desafiantes y oposicionistas, mucho llanto, conductas regresivas, temores nocturnos e irritabilidad. Mientras que los adolescentes lo expresan aislándose.
En ambas etapas, sostuvo, la socialización e interacción son fundamentales y se han visto trastocadas debido a la cuarentena, por lo que recomendó a los padres buscar alternativas que les permitan a los niños y adolescentes socializar e interactuar con otros, aunque sea a distancia.
“El niño va a ver su ambiente tan hostil y negativo o tan claro y estable, como el padre lo vea. Entonces, deben ser los adultos quienes deben tener regulación emocional para ser ese modelo para los niños y explicarles desde la empatía y responder las preguntas que tengan de la manera más simple”, dijo Veloz.
