El delantero del Athletic de Bilbao Iñaki Williams celebra su gol, primero del equipo ante el Sevilla FC. / Foto EFE

Un gol de Iñaki Williams en el minuto noventa (0-1) congeló las ilusiones sevillistas en su pelea por el título de LaLiga, en un partido en el que tuvo ocasiones para resolverlo pero en el que se topó con el meta Unai Simón y con su propia ansiedad, mientras que el Athletic Club, con esta victoria, aún mantiene opciones de lograr algún puesto europeo.

El Sevilla fue el dominador del partido en sus dos mitades pero no tuvo el acierto para ponerlo de cara ante un Athletic que se defendió muy bien y que se aprovechó de las necesidades del adversario para hundirlo ya sin tiempo para la reacción, con lo que ahora las opciones de escalar puestos de los hispalenses, que visitan en la próxima jornada al Real Madrid, quedan diluidas.

Se presentó el equipo de Julen Lopetegui a este partido después de que en el anterior, con la victoria ante el Granada (2-1), se asegurara matemáticamente la cuarta plaza de la clasificación y repetir una campaña más en la Liga de Campeones, pero ahora con la ilusión de dar guerra al Atlético de Madrid, Real Madrid y Barcelona en la pelea por el título.

Sin presión, pero sí con la ilusión que ha planteado en este nuevo reto, los sevillistas cerraban la trigésima cuarta jornada sabiendo que sus rivales habían ganado y que era necesario sumar un nuevo triunfo para acumular a los cinco seguidos que ya habían firmado y no perder el hilo.

Lopetegui, finalmente, mantuvo en el equipo al central francés Jules Koundé pese a que los pasados días no ha trabajado al mismo ritmo que sus compañeros, y repitió en el centro del campo con el croata Iván Rakitic y el argentino Alejandro ‘Papu’ Gómez pero sin Joan Jordán por segunda jornada consecutiva.

Antes ellos se presentó un Athletic con muchas bajas, dos de ellas de última hora, porque el central internacional Íñigo Martínez viajó a Sevilla pero una contusión en el hombro derecho le impidió inscribirse para el partido, con lo que se unió al centrocampista Dani García, que se quedó confinado en su domicilio por ser contacto estrecho de un familiar positivo por la covid-19, y a los lesionados Iker Muniain, Yuri Berchiche, Ander Capa, Peru Nolaskoain y Oier Zarraga.

Con pocas opciones de reengancharse a la lucha por puestos europeos, los de Marcelino García Toral, que visitaban la capital andaluza por sexta vez esta temporada -dos visitas al Villamarín para medirse al Betis (Copa y Liga) y tres a La Cartuja (final de la Supercopa de España y las dos finales de la Copa del Rey)- se estrenaron este curso en el Sánchez Pizjuán con ganas de competir y dar buenas sensaciones.

El Sevilla fue el que mandó desde el principio y a los ocho minutos gozó de la primera aproximación con un centro del Suso Fernández que remató forzado pero con peligro el argentino Lucas Ocampos, aunque el Athletic juntó mucho sus líneas para dificultarle la labor al rival.

El equipo vizcaíno, en los primeros lances del partido, aumentó su capítulo de lesiones, pues Raúl García, que retornaba a la titularidad tras tres partidos suplente, se quejó del gemelo derecho antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora y tuvo que ser sustituido por Oihan Sancet.

Lo siguieron intentaron los hispalenses, como en una volea que le salió demasiado cruzada a Rakitic o con un gran cabezazo del delantero marroquí Youssef En-Nesyri, tras centro del lateral argentino Marcos Acuña, al que respondió con un paradón de internacional Unai Simón.

Los intentos continuados de los de Lopetegui por abrir el marcador también propició que el equipo de Marcelino reaccionara para no verse tan atosigado y que buscara contragolpes para hacer trabajar al meta marroquí Yassine Bono, lo que se tradujo en que el partido se igualara en tramo final de la primera mitad.

En esa dinámica volvió a aparecer En-Nesyri, ahora con un remate fuerte y por bajo desde dentro del área, y también otra vez Unai Simón para evitar el primero del Sevilla con una parada en dos tiempos que llevó el partido al descanso con el empate inicial.

En la segunda mitad el guion se inició parecido, con los locales con ganas de encontrar esa vía por la que superar la defensa rival y los visitantes sin renunciar a esos espacios que encontraba para crear peligro, como lo demostró en un remate cruzado de Asier Villalibre.

Con el paso de los minutos el Sevilla aceleró su juego, buscó la profundización por los dos extremos, las alternó con triangulaciones por el centro y con la participación ya del neerlandés Luuk de Jong en la delantera.

Pero le pesó la precipitación ante un Athletic bien plantado en las misiones defensivas y que también quiso aprovecharse de la posible desesperación del adversario para sorprenderle con los hermanos Williams (Iñaki y Nico) en la delantera.

Entró así el encuentro en sus últimos minutos, con los sevillistas arriesgando en un acoso total por ese gol que se resistía pese a que metió en el campo mas artillería con Óscar Rodríguez y Óliver Torres, pero eso motivó una contra letal del Athletic que culminó Iñaki Williams con el 0-1 en el minuto noventa que fue definitivo.




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