Los equipos de rescate intensificaban este lunes la búsqueda de más de 200 desaparecidos por los incendios forestales que ya dejaron 41 muertos en California.

Estos incendios, los más letales en la historia del estado, golpearon principalmente la región del vino aunque las autoridades informaron de focos en otras zonas.

En el condado de Sonoma, el más afectado, se reportaron 1.643 desaparecidos, de los que 1.420 aparecieron a salvo.

Perros entrenados buscan cuerpos entre los escombros. Los bomberos han dicho que en algunos casos solo encontraron «cenizas y huesos», por lo que la identificación puede llevar semanas.

La mayoría de las víctimas son ancianos, entre los 70 y 90 años de edad.

La mitad de los muertos se registraron en Sonoma, con más 3.000 hogares destruidos en la ciudad de Santa Rosa, que pertenece a su jurisdicción.

Las llamas arrasaron con barrios enteros de este pueblo de 175.000 habitantes. Muchos vecinos contaron como tuvieron que saltar a sus piscinas para resguardarse del fuego y ver como sus hogares desaparecían.

Los bomberos de California, Cal Fire, informaron este lunes que el 41º fallecido era el conductor de un camión cisterna privado que se volcó en Napa, vecino a Sonoma y también muy golpeado por la situación.

Un total de 11.000 bomberos -algunos provenientes de Australia- batallan los 14 grandes incendios forestales que han arrasado con 86.200 hectáreas.

CalFire indicó que ha habido «buen progreso» en el combate de las llamas, aunque nuevos incendios han comenzado.

El pronóstico para este lunes es que los vientos -principal combustible de los incendios- sean leves, lo que puede permitir un mayor avance en las operaciones.

Algunas órdenes de evacuación fueron levantadas, con lo que el número de personas obligadas a dejar sus hogares bajó de 75.000 a 40.000.

En total, 5.700 casas y comercios fueron destruidos en la región del vino.

Tammy Jey figura entre los residentes de Santa Rosa que regresó a su casa en el barrio de Coffey Park.

Los bomberos lograron impedir que su hogar fuera consumido por las llamas, aunque muchos de sus vecinos lo perdieron todo.

«Es simplemente devastador pensar en vivir aquí sin todos nuestros vecinos. No sabemos qué va a pasar, pero espero que la gente regresa y reconstruya» su vida, dijo.




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