No importa la hora. En la mañana, tarde, noche y hasta de madrugada deben salir de sus casas, apurando el paso si pueden, para tratar de escapar de las consecuencias negativas de la nube de humo y las cenizas que provocan los incendios forestales.
Eso es lo que tienen que vivir vecinos de diferentes sectores de Carabobo, donde no se aplican medidas preventivas que minimicen los efectos de este fenómeno climático en la colectividad.
En la urbanización El Trigal Norte, son más de 120 familias las que se ven bajar de la parte alta de la calle Autocinema cada vez que comienzan las llamas en el cerro. “Muchas son personas de la tercera edad y nos ha tocado sacarlos en ambulancia o llamar pidiendo oxígeno por los incendios forestales”, relató Lorenzo Álvarez, habitante de la zona.
Para él, este es un problema que se pudo evitar con acciones preventivas como el desmalezamiento profundo y la instalación de cortafuegos. Pero la única respuesta que han recibido es el envío de cuadrillas de limpieza de la alcaldía de Valencia y de la gobernación, que poco hacen.
“Además de solo desmalezar las orillas de las aceras y las faldas del cerro, dejan los desechos del monte ahí y esos son insumos para un nuevo incendio forestal”. Recordó que, en años anteriores, estas labores se realizaban con apoyo de un camión que recogía toda la maleza que se cortaba, pero ahora los trabajadores les dicen que hacen lo que pueden, pero que ni bolsas tienen. Esto solo provoca que los incendios se propaguen más rápido y cerca de las viviendas.
Desamparados por las autoridades
El problema es realmente grave. Al momento de presentarse un incendio forestal, si tienen suerte y llegan los bomberos, la situación no es más esperanzadora. “Viene una cisterna pequeña con poca presión en la manguera de la poca agua que trae y tres funcionarios con palas de goma. Eso no es suficiente y al final tenemos que esperar que se queme todo y ahogarnos con el humo”.
A esto se suma que, ante los intensos vientos de la época, han enviado desde hace más de un año cartas al Instituto Municipal del Ambiente (IMA) pata que se realice una inspección a los árboles de la isla central de la calle por el riesgo de caída sobre el tendido eléctrico o alguna de las casas, pero tampoco han tenido respuestas, de acuerdo a la vecina Anixa Luces.
