Desde las imágenes satelitales, detectadas por el sensor Sentinel, se pudo observar que 515 hectáreas están en pérdida de cobertura vegetal, además de que sus suelos están degradados y contaminados por mercurio, aceite y gasolina, lo que perjudica notoriamente la biodiversidad de la Gran Sabana.
Un reportaje realizado por Correo del Caroní y el Centro Pulitzer, llamado Depredación minera frente a los ojos del tepuy Roraima, revela cómo la extensa sabana se ha ido transformando en una zona de excavación minera. Todo esto, en medio de la corrupción del régimen de Nicolás Maduro y a una inédita situación de emergencia humanitaria en Venezuela.
Todas las operaciones mineras que se observan en las cercanías de los ríos Yuruaní, Aponwao y Kukenán atentan de forma irremediable contra los recursos biológicos de la nación. Esta investigación, que se ha venido realizando los últimos meses, analiza las causas que explican por qué el turismo fue desplazado y cómo la omisión del Ejecutivo ha colaborado para que la comunidad indígena participe en la actividad extractivista.
Un minucioso estudio recién, hecho en colaboración con expertos en sensores remotos, permitió detectar 21 sitios de operación minera adicionales a los 33 detectados por la ONG SOS Orinoco en 2018.
Daños en el Parque Nacional Canaima
Junto a la afectación en el sector occidental, donde está el Salto Ángel, los daños suman 1.033 hectáreas del Parque Nacional Canaima intervenidas por actividades mineras ilegales hasta el primer trimestre de 2020.
Aunque esta zona no forma parte del Arco Minero del Orinoco, creado en 2016 por el régimen de Nicolás Maduro, la actividad crece sin control. Esta, se ha estado abasteciendo en los últimos meses de combustible, el cual es facilitado por uniformados militares.
El trabajo se divide en seis secciones y cuenta con un mapa de información satelital, y la localización de todos los sectores mineros en el Parque Nacional Canaima. Además tiene fotografías exclusivas y visitas de campo a zonas mineras que no habían sido documentadas anteriormente. Cabe destacar que esta actividad se ejecuta con conocimiento de las autoridades indígenas.
Lee la nota completa en Correo del Caroní