Más de 300 reclusos del Internado Judicial El Rodeo II, en el estado Miranda, sufrieron cuadros de intoxicación por haber ingerido carne en mal estado, según lo denunciaron familiares y el director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado.

Los internos presentaron vómitos, diarrea, náuseas, y otros malestares, en el referido penal donde reina la superpoblación, porque fue diseñado para 500 hombres y alberga a 1.200.

Por referencias de las propias víctimas, en el centro no cuentan con los equipos para refrigeración y los alimentos se descomponen. Ante la crisis alimentaria que padecen, a sabiendas de que el producto estaba en mal estado, lo cocinaron por mucho tiempo, le colocaron abundantes aliños para sazonar y disfrazar un poco el mal olor porque llevaban días sin probar bocado.

Del hecho han pasado varios, algunos presos se han deshidratado, pero la directora sigue suministrando la misma carne porque es todo lo que tienen para darles de comer, según ella misma les ha manifestado a los cocineros.

A esto se agrega el problema de la falta de agua en un momento en que los presos requieren utilizar con mayor frecuencia los sanitarios. Hace más de una semana, no llega el preciado líquido.

La cisterna que compraron para tratar de solucionar el problema, solamente se utilizó para los baños. Los presos intentaron hervirla para consumirla pero fue imposible porque contenía mucho lodo.

Prado recordó que El Rodeo II tiene medidas provisionales emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el año 2008, exhortando al Estado venezolano a proteger la vida y la integridad de los privados de libertad.

El OVP enviará una información adicional a la CorteIDH, en virtud del incumplimiento de las medidas y mantendrá contacto permanente con los familiares de los reos para conocer de primera mano las constantes violaciones a los derechos humanos que ocurren en el penal.

Fuentes del Ministerio de Servicios Penitenciarios negaron la contaminación.

En El Rodeo II murió de peritonitis Jenxel Alexander Frías Salazar, de 20 años, por no recibir atención médica, el 27 de febrero.

No le prestaron atención a pesar de haber manifestado que tenía dolores abdominales. Lo llevaron a la enfermería, pero no había médicos ni medicinas.

Frías era técnico electricista de la empresa Cargill de Venezuela, y lo condenaron a 11 años y 9 meses de prisión por el delito de violencia física y sexual contra su novia de 13 años.




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