La nutrida concurrencia que asistió al Teatro Municipal de Valencia, a participar en la importante ceremonia. (Foto: Andrés Galindo)

Durante el acto solemne para celebrar el 60 aniversario de la reapertura de la Universidad de Carabobo, la rectora Jessy Divo expresó que es el momento de defender a esa casa de estudios, de no permitir más destrucción de sus espacios, no más agresiones, pero sobre todo, tiempo de velar porque se den los consensos necesarios para consolidar la fuerza del último bastión de libertad y luz de este espacio que siempre ha logrado vencer al oscurantismo.

Esta afirmación fue respondida con un fuerte aplauso de la nutrida concurrencia que asistió al Teatro Municipal de Valencia, a participar en la importante ceremonia.

Luego de abrir los telones del escenario, donde se encontraban las autoridades universitarias, los decanos y representantes de gremios e instituciones, se le dio paso a los integrantes de las promociones de abogados, ingenieros, médicos, economía, administración y contaduría, ingeniería, educación y relaciones industriales, de los años 1966, 1967 y 1968.

Las autoridades universitarias, decanos y representantes de gremios, conformaron el presidium. (Foto Andrés Galindo).

Estos profesionales ocuparon la parte derecha del patio del teatro, antecedidos por exautoridades universitarias de los últimos tiempos, quienes se encontraban en los primeros puestos. La mayoría no se veía desde hace algún tiempo, por lo que sobraron los abrazos por el reencuentro.

La rectora Jessy Divo en su discurso dijo que todo universitario es en esencia testigo y vector del cambio. Cada alumno, docente, trabajador y egresado en estos 60 años ha sido protagonista de la civilidad,  de un lugar ya no utópico sino real. A donde llega un universitario se siembra la esperanza y la fe, por ello, hoy, es día de acción de gracias.

De los homenajeados integrantes de las primeras promociones, dijo que son fieles exponentes del ejemplo científico y humanístico, cuya contribución en el desarrollo de la ciudad  y del país ha sido de gran importancia en el orden académico, cultural, industrial, tecnológico, y de salud.

“Es un honor tenerlos aquí, y de esta manera reconocerles que en gran parte el buen prestigio que tiene nuestra Alma Máter se debe a ustedes”.

Más adelante expresó que imposible resulta obviar que los universitarios están sometidos a las presiones de las adversas condiciones económicas y financieras del país, al infortunio de la descomposición social y al agobio de unas masas empobrecidas.

Asimismo a las presiones matriculares y al vértigo de los saberes; a la intromisión político-partidista; y a las imposiciones y chantaje  de un gobierno que se cree con derecho a condicionar, con descaro, no sólo las políticas educativas de las instituciones, sino la vida misma del país, en razón de un proyecto que no es compartido por la gran mayoría de los venezolanos.

El doctor Aníbal Rueda fue sorprendido con el Doctorado Honoris Causa que se le otorgará. (Foto Andrés Galindo).

Pero aun así, antes como ahora, la UC se mantiene firme. Enfrentando sus luchas con las armas de siempre: el fusil de la razón y el entendimiento, el cual, en lugar de estar cargado de mortíferas balas o de municiones ideológicas  -de las que realmente, estamos hasta la coronilla- viene con una cacerina repleta de propuestas consensuadas y  viables que representan las reales y sentidas necesidades sociales del país.

“Pues en fin de cuentas, las armas que se requieren sin dilación son las que vengan cargadas de educación, salud y bienestar, y esas, este régimen no sabe dónde ni cómo conseguirlas”.

La rectora subrayó que han transcurrido 60 años de la reapertura, en una cuenta afirmativa que ha servido para confirmar que para la Universidad de Carabobo el estudio es su oficio; el conocimiento, su objetivo, y la difusión de ese conocimiento, su más caro empeño.

El exrector Gustavo Hidalgo habló en nombre de los egresados. Entre otras cosas destacó la importancia que tenían las universidades para el Gobierno Nacional en años anteriores. Citó que gracias a esa condición, es que hoy en día la Ciudad Hospitalaria Doctor Enrique Tejera cuenta con una unidad de trasplante de médula ósea, pues solo bastó que el doctor Abraham Sumoza lo sugiriera para que el gobierno autorizara su construcción. Fue la primera unidad de este tipo en América.

LA SORPRESA

Antes de finalizar el acto, la rectora tomó de nuevo la palabra, esta vez para anunciar que la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas le confirió el doctorado Honoris Causa el exrector de la UC y expresidente de la extinta Corte Suprema de Justicia, Aníbal Rueda, quien se encontraba presente.

Un sonoro aplauso se volvió a escuchar, mientras el doctor Rueda recibía era felicitado por los más cercanos.




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