Por las calles de Los Caobos al sur de Valencia caminaba un hombre hacia su casa. Eran las 12:00 a.m y la zona estaba oscura y desolada. Dos maleantes lo atacaron para robarle sus pertenencias. Rehusarse le costó la vida.
Richard Valera, de 23 años, venía de la casa de su novia, en la misma urbanización, cuando los delincuentes lo apuntaron con armas de fuego y lo obligaron a entregar su dinero y teléfono, pero el miedo y la impotencia lo hicieron huir. Unos disparos sonaron y Valera cayó herido en el suelo.
Un familiar de la víctima que se encontraba en la morgue de Valencia relató que el fallecido sabía que lo robarían, minutos antes llamó a su pareja y le dijo: «Me van a robar. Estoy seguro que me mataran. Te quiero». Luego hubo un silencio sepulcral.
Las últimas semanas Valera residió en Los Caobos, pero realmente vivía en Tocuyito, municipio Libertador. A sus 23 años el joven tenía un hijo de tres meses, cuya madre era otra mujer a la que ayudaba con lo que ganaba como obrero.