Carmen Guevara sosteniendo documento de Jerson David mientras espera respuestas sobre el ingreso de su ahijado (Foto: Armando Díaz )

Desde el pasado viernes Carmen Alida Guevara pernoctaba en las cercanías de la morgue de Valencia, a la espera de respuestas sobre el paradero de su ahijado, Jerson David Sánchez López, quien lleva cuatro días desaparecido, desde la noche del 26 de abril, cuando presuntos funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas irrumpieron la casa donde vivía.

«Yo creo que está muerto»

Sánchez López, de 19 años, era vecino y amigo de Miguel Rodríguez, quien luego de 12 horas de espera en la morgue recibió la noticia que su compañero era uno de los dos cuerpos ingresados al recinto el sábado en la mañana.

A los allegados, en Bejuma, exactamente en Chirguita, Barrio Chino, calle Vereda 2, lugar en el que ocurrió todo, informaba que tenía tenían que retirar el cuerpo que apareció en la morgue. La familia y los allegados estaban desolados. La predicción que había hecho su madrina era cierta: «Yo creo que está muerto».

Guevara tenía ese palpito por como ocurrió el suceso. No entendía cómo un muchacho sano podía ser secuestrado de esa manera: como un criminal. Sánchez era bachiller, huérfano de madre desde hacía un año, su progenitora había muerto de cáncer y su padre siempre estuvo ausente. Desde entonces era cabeza de familia. Vendía naranjas y usualmente trabajaba como albañil para ayudar a su hermana y a dos sobrinas con las que vivía. Ellas estaban en casa la última noche que lo vieron, esa noche de despedida abrupta y forzada.

La hermana y sus dos hijas fueron forzadas a permanecer en su habitación, mientras los cuatro supuestos funcionarios irrumpían en la morada para llevarse al joven. Rodríguez recuerda que aquel día un vehículo marca Aveo, color negro se paró frente a la casa, seguido por una camioneta Explorer color azul marino, ninguno llevaba identificación. Bajaron los hombres y lo que siguió fue una detención arbitraria y luego el silencio, la desesperación y cuatro días de intriga, que culminaron este 20 de mayo cuando les dijeron que su allegado se encontraba en la morgue

Carmen Alida Guevara, con sus cabellos canosos y un collar de cuentas de colores guindando del cuello, mostraba una documento en el que se ve la foto del joven.Ya no está desaparecido, si no muerto. Sigue sin entender qué fue lo que pasó, por qué en todas las comisarias imperó el silencio ante sus quejas «Nadie sabía nada, a pesar de que vimos los carros en una de las comisarias y reconocieron a uno de los funcionarios».




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