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(Foto Referencial)

Nombres como el del líder opositor Juan Guaidó y el chavista Héctor Rodríguez, surgieron de la juventud universitaria venezolana que hoy intenta vencer el desinterés por la política que manifiesta uno de cada tres estudiantes y que obstaculiza el surgimiento de nuevos liderazgos.

Según la última Encuesta Nacional de Juventud de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), el 31 % de los jóvenes venezolanos entre los 15 y los 29 años tiene poco interés por la política y el 29 % no tiene ningún interés.

Con esta pesada cifra a cuestas, varios muchachos intentan despertar a sus compañeros y avanzar hacia la concreción de la tan mentada renovación que piden las bases que siguen al chavismo y las que aún creen en la oposición.

Sin referentes actuales

Aunque cuentan con ejemplos como la «generación del 28«, un grupo estudiantil considerado impulsor del primer movimiento exitoso de masas en Venezuela, o el Movimiento Estudiantil Nacional de 2007, del que surgieron varios de los nombres que hoy encabezan la oposición, los jóvenes reconocen sentirse alejados de los líderes del país.

A lo lejos ven ejemplos como el del chileno Gabriel Boric, que en una década logró pasar de encabezar marchas estudiantiles a ocupar la silla presidencial en el palacio de La Moneda.

Pero son la «apatía» y «desconexión» los sentimientos con los que se topan los estudiantes que intentan entrar en la política desde espacios universitarios tradicionales.

El candidato a la presidencia de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Jesús Mendoza, y su contrincante, Sebastián Horesok, coinciden en que la sombra del desinterés ha sido el mayor enemigo a vencer en este proceso electoral que no se celebraba desde hace tres años en la llamada «Casa que vence las sombras» y que se lleva a cabo hoy.

«Cuando tienes una desconexión tan grande con los liderazgos políticos, cuando eres un chamo de 25, 26, 24 y lamentablemente tienes que trabajar y estudiar al mismo tiempo porque tienes que costear tus cosas, con un discurso político externo ya no te identificas», destacó Mendoza.

A su juicio, el escaso entusiasmo es también el resultado del «reciclaje» de nombres y la falta de apoyo a «los jóvenes emergentes que han tratado de surgir en candidaturas dentro de los partidos y las mismas élites partidistas los han matado políticamente».

Reconectar

El analista político y director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, advirtió que tras la llegada de Hugo Chávez «los jóvenes se hipermotivaron en la lucha por el rescate, la democracia y también por el chavismo», pero eso cambió y actualmente hay un «fortísimo desinterés» motivado por un «vacío de liderazgo».

«La noticia política durante años se ubicó en la primera posición de búsquedas (en internet y redes sociales). Sin embargo, ya en los últimos años ha venido generándose un proceso de descenso significativo hasta que este año, en febrero, la búsqueda de noticias políticas se ubica en la posición número 14», explicó León a EFE.

No obstante, en la mente de quienes se inician hoy en esta área se mantiene activa la posibilidad de despertar y reconectar a ese conglomerado que mantuvo por años el acontecer político en el tope de su atención.

«La universidad es un bastión de liderazgo para el país, la universidad no solo crea profesionales, sino que también crea líderes, pero no líderes en el acto meramente político, los estudiantes que ejercen liderazgo de política estudiantil, sino con altos niveles de éxito en el ámbito laboral», recordó Horesok.

Por el servicio

La oferta de quienes ahora intentan hacerse un lugar en la política es servir a sus seguidores.

«Me estoy postulando para servirle a todos los estudiantes y estoy seguro de que con este aprendizaje voy a poder servirle a todo el país», explicó Inyerveth Bellorín, candidato a la secretaría general de la FCU.

Mendoza coincide al explicar que los liderazgos emergentes buscan profesionalizarse y aspiran a ejercer cargos políticos para aportar a la sociedad civil y no para obtener beneficios.

«Creo que actualmente los liderazgos jóvenes tenemos no la típica (expresión) de una cara fresca, creo que tenemos una preparación, creo que de una u otra manera tenemos una esperanza de que el país cambie y entendemos la política de otra forma. Yo quiero hacer política, pero no quiero vivir de la política», aclaró.

Para los jóvenes políticos se trata de una nueva visión en la que no admiten la corrupción o los intereses personales como plan de trabajo.

«Nos debatimos entre dos modelos, entre una política tradicional enfrascada en viejos ritos, en viejas cosas, con una política más fresca enfocada en el ciudadano», concretó Horesok.

 




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