Juan XXIII. El Pontífice de la paz, de los niños abandonados, de los pobres y de los presos

San Juan XXIII, es reconocido como el padre de los pobres, de los afligidos, de quienes sufren.

Todos los hombres tienen derecho a la vida, a su integridad personal.”

SS. Juan XXIII.

Esta columna coincide con la solemnidad dela epifanía del señor, una fecha que los católicos llamamos pequeña navidad, no se sabe el número de magos, se asume que fueron zoroastristtas, seguidores de las enseñanzas de Zoroastro y creyentes en Ahura Mazda, deidad única e increada, de allí vinieron los magos, que se asumen en número de tres, pues en ningún evangelio de son explica su número, empero la religión le ha conferido ese número y también los rasgos fenotípicos de la raza blanca, negra y oriental, este introito es fundamental para rescatar de las garras de la pos verdad estas tradiciones, que en medio de estos mustios años se decretan.

En el marco de esta solemnidad de la pequeña navidad, una vez hayan llegado sus majestades ante el pesebre del redentor, esta coincidencia calendaría entre, esta mi columna semanal en el octogenario y siempre libre Diario el Carabobeño, me hacen colocar en los zapatos rotos, desgastados por la búsqueda de la libertad a dejar al menos este regalo, en medio de este cuarto de siglo de caos vivido, sufrido y padecido por los venezolanos, muchos recibirán este obsequio en el exterior, pues la tercera parte de nuestra población se encuentra en exilio, pero la nobleza obliga.

Entrando en materia, me parece oportuno hacer la reseña de San Juan XXII, pontífice elevado a los altares junto a San Juan Pablo II, ambos conocidos como los Papas buenos, desde el Tíber hasta la plaza de San Pedro, se veía a una comunidad quienes se reconocían en este par de santos infinitamente humanos, en especial de Juan XXIII, se le recuerda como Cardenal y Regente de Venecia, pero es más célebre por su humanidad, por su sincera alegría al ayudar al prójimo, antes de ser nombrado Pontífice, conoció a Albino Luciani, quién sería conocido como Juan Pablo I, en un brevísimo tránsito por el trono de Roma, de carácter afable, sensible, cercano y humano, San Juan XXIII, siempre se preocupó por los temas de la educación, de la niñez abandonada, de los derechos humanos y en esencia en una iglesia cercana a los pobres, a los que sufren y a quienes llevan el patíbulo de Cristo como diario acontecer.

Su primera encíclica Mater et Magistra (Iglesia es madre sobre cristianismo y progreso social).

En esta poderosa encíclica, el sucesor de Pedro, “trata sobre el cristianismo y el progreso social. Propone una metodología para la aplicación de las enseñanzas de la iglesia en contextos específicos” (García de Fleury, 2004).

Deplora la brecha entre entre las naciones ricas y las pobres, la carrera armamentista, la difícil situación de los agricultores.

Reconoce la necesidad de la participación el empleado en la propiedad, en la administración y en el reparto de los beneficios.

Llama a los cristianos a trabajar por un mundo más justo.

Pacem in Terris (García de Fleury, 2004)

Haciendo uso de los ideales de la ilustración y de las ideas acerca de la ley natural, esta encíclica es una reflexión sobre la paz en la tierra la cual se basa en el derecho de las personas.

La base de la paz se encuentra en los derechos humanos.

Reclama el desarme.

Reconoce que todas las naciones tienen igual dignidad y derecho a un desarrollo propio.

Aboga por la distribución de los recursos y por el monitoreo de las multinacionales.

Trabaja por políticas públicas que atiendan el tema de los refugiados.

Propone una sociedad basada en la solidaridad.

Reconoce a las naciones Unidas como una organización de autoridad pública para promover el Integra la fe y bien común.

Integra la fe y el bien común.

En el concilio vaticano II, propone Inter Mirifica, los medios de comunicación al servicio de la verdad, se establece la dignidad humana como base para las decisiones políticas y económicas, la paz no es más que el funcionamiento de una sociedad justa.

En su pontificado, San Juan XXIII, es reconocido como el padre de los pobres, de los afligidos, de quienes sufren, de los enfermos, a él volvemos nuestros ojos angustiados, nuestros corazones agobiados, nosotros los hijos de Venezuela, país amado por Dios, que hoy es presa de la maldad, de la humillación, de la tiranía y del horror, intercede ante nuestros ruegos, que suben tumultuosos al cielo clamando cambio, pidiendo libertad, paz, democracia, justicia y decencia. No aguantamos más, basta de tanta crueldad, de tanta oscuridad, de tanto empellón grosero, basta de escandalizar al hermano hambriento, exhibiendo un estilo de vida incompatible con la racionalidad, que solo se puede sustentar en el uso del erario público como botín personal.

Finalmente, tomo la frase de Pio XXI, ante el embate de los nazis, en estos tiempos no tenemos el derecho de ser mediocres, actuemos en consecuencia, exigiendo la restitución inmediata de la libertad conculcada, de la dignidad abatida y de la democracia deforme.

X@carlosnanezr

IG@nanezc

Referencias.

García de Fleury, M. (2004). La Doctrina social de la Iglesia en el tercer milenio. Caracas: Organizaciones Gráficas Capriles C.A.

 

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente la posición de El Carabobeño sobre el tema en cuestión.

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Carlos Ñañez
Carlos Ñañez

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