Tanto a lo largo de la campaña como desde su llegada al poder, el presidente estadounidense Donald Trump ha convertido los ataques violentos contra la prensa en su marca de fábrica. Pero las restricciones de acceso impuestas a ciertos medios marcan un giro que ha provocado indignación.
Varias organizaciones como The New York Times, Los Angeles Times, CNN y Politico no fueron autorizadas a participar el viernes a la sesión informativa diaria del portavoz de la CasaBlanca, Sean Spicer.
Otras más cercanas al poder, como Breitbart o One America News, fueron en cambio recibidas sin problemas.
La sesión informativa, que permite preguntar sobre la actualidad del día, no fue organizada en la sala de prensa frente a las cámaras como suele suceder, sino en la oficina de Spicer, lo que de por sí es un hecho raro.
El diario The New York Times denunció que esta decisión fue "un insulto a los ideales democráticos" y CNN la tildó de "inaceptable".
"Trump ha dejado entrever una visión autoritaria preocupante de la presidencia (...); castigar a organizaciones que publican artículos críticos sobre el presidente cae exactamente en esta categoría", escribió Los Angeles Times, que en su opinión este episodio aumenta el tono de "la guerra de la Casa Blanca contra la prensa libre".
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca protestó de su lado "de forma enérgica" contra esta iniciativa.
La decisión tomó una particular envergadura porque ocurrió unas horas después de que Trump volviera a arremeter contra los medios, calificados por enésima vez de "deshonestos" y algunos de ellos como "enemigos del pueblo".
"Les digo simplemente que son personas deshonestas", lanzó también hace una semana delante de decenas de periodistas durante una conferencia de prensa. "¡El público no les cree más!", exclamó.
Su consejero más cercano Stephen Bannon, exdueño del portal de noticias de extrema derecha Breitbart News, predijo el jueves --alegrándose-- que las relaciones con los medios se iban a deteriorar "día tras día".
- "Cálmense" -
Los gobiernos estadounidenses, ya sean demócratas o republicanas, organizan de vez en cuando encuentros con un grupo de periodistas previamente seleccionados para tratar asuntos particulares.
Pero la sesión informativa del viernes fue anunciada inicialmente como un encuentro con la prensa abierta a todos los medios acreditados, antes de transformarse en algo para un grupo más selecto, con participantes elegidos a dedo.
Varios medios que cubren habitualmente la Casa Blanca, como las agencias de información Reuters y Bloomberg, estuvieron presentes. Forman parte de un grupo reducido de periodistas -llamado "pool"- con acceso a ciertos eventos cuyo contenido comparten luego con sus colegas.
La Agencia France-Presse, que forma parte del "pool", no fue invitada, pero protestó y finalmente asistió a la sesión informativa.
Durante el encuentro en su oficina, cuya grabación fue posteriormente difundida por los periodistas que participaron, Spicer aseguró que la nueva administración se ha mostrado de manera general muy "accesible".
No se pronunció específicamente sobre las razones de la "clasificación" que tuvo lugar ese mismo día.
El choque con la prensa sacó a la luz una grabación realizada en diciembre por Politico, cuando Trump ya había sigo elegido presidente pero todavía no había asumido el poder.
En ella, Spicer afirmó claramente que se oponía a la idea de prohibir el acceso a ciertos medios.
"Que sean conservadores, progresistas u otros, creo que es lo que hace que una democracia sea una democracia, a diferencia de una dictadura", argumentaba.
El exportavoz de George W. Bush, Ari Fleischer, juzgó en Twitter que prohibir el acceso a ciertas organizaciones a una sesión informativa es una decisión "poco prudente y contraproducente".
También pidió analizar el incidente con perspectiva. "Cálmense", lanzó.
"Los portavoces deben encontrarse con toda la prensa. Pero, más allá de eso, no es nada inhabitual que los presidentes se reúnan con periodistas que eligen y la Casa Blanca también lo hace todo el tiempo", resaltó.