Mi buen amigo, el teólogo venezolano, Rafael Luciani, laico muy cercano a la Compañía de Jesús, y quien es profesor del prestigioso Boston College, una de las universidades jesuitas más importantes del mundo, me ha enviado un comunicado muy expresivo de los jesuitas venezolanos, caracterizando y denunciado la tragedia que acontece en Venezuela.

Vivimos en un Estado secuestrado y violado por un Gobierno dictatorial

Entre las principales afirmaciones figuran las siguientes: Vivimos en un Estado secuestrado y violado por un Gobierno dictatorial… En nuestro país hay represión indiscriminada y sistemática en contra de la población civil… El país y el mundo están más claros: la democracia ha sido violada con un golpe mortal contra la soberanía del pueblo, cuyos votos han sido quemados en la hoguera de los usurpadores…

Palabras recias e inequívocas que expresan una realidad cada vez más onerosa para el conjunto de los venezolanos. Palabras que adquieren un especial relieve, porque provienen de una congregación religiosa que se ha dedicado al trabajo social, a la educación popular, a la defensa de las causas más sentidas de la población, y que ha hecho suya el principio doctrinal de la “opción preferencial por los pobres”.

El padre Luis Ugalde, exrector de la Universidad Católica Andrés Bello, y figura nacional de indudable influencia por su solidez de pensamiento y acción, ha declarado recientemente que Venezuela se encuentra en una situación moralmente inaceptable… Ugalde está sosteniendo que es un deber de conciencia rechazar el golpe a la Constitución y llama al pueblo de Venezuela a desconocer cualquier decisión que la viole”.

Una institución muy reconocida de los jesuitas venezolanos, el Centro Gumilla y su revista SIC –cuya tendencia ideológica se ha identificado, en general, con el llamado progresismo político, socio-económico e incluso teológico, ha publicado un editorial titulado “Es una dictadura”, en el que califican las ejecutorias del poder como un claro golpe de Estado y un claro desenmascaramiento definitivo del gobierno como una dictadura.

Esta denuncia de los jesuitas de Venezuela no puede pasar por debajo de la mesa. Primero porque es veraz, articulada y realista. Y sobre todo porque sus autores tienen una autoridad especial por su trayectoria y significación en la vida social, educativa y democrática del país. Este comunicado amerita ser difundido por todos los medios posibles, dentro y fuera de Venezuela.

flegana@gmail.com

 

 

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