“Sí uno escucha a los bancos centrales, toda esta inflación es transitoria”

Carmen Reiinhart.

La semana pasada el Banco Central de Venezuela publicaba los datos de la inflación intermensual del mes de marzo de 2022, ubicándola en 1,4% intermensual. Lo lógico es que siempre esta institución atendiendo a los criterios doctrinarios y de carácter constitucional publicase este dato los cinco días posteriores al cierre de cada mes, a los fines de tener acceso al comportamiento de los indicadores macroeconómicos de índole monetario y fiscal para la toma de decisiones y la justificación en esencia de asumir las riendas de la conducción de la política monetaria nacional.

Sin entrar en el desgaste que implica comprobar la veracidad de la medición intermensual del mes de marzo, es menester observar la conducta del componente de liquidez monetaria, publicada por el emisor a cuyos efectos publicaré para advertir el incremento constante de este componente, el cual se constituye en un objetivo intermedio de la política monetaria pues conecta los objetivos instrumentales del encaje legal y la tasa de interés monetario, con el volumen de la liquidez en el sistema, la cual de ser esterilizada presionaría la estructura de precios y generaría un rebrote hacia la hiperinflación, pues el tan anunciado batimiento de la hiperinflación obedeció a una política ultra contractiva del gasto público que terminó arrasando con la administración pública nacional, además de generar una contracción contraproducente con los sanos niveles de crédito que se requieren para adquirir capital de trabajo para un sector privado, que viene de transitar una horrida caída de la actividad productiva.

Así pues, las cifras de la liquidez monetaria tomadas del portal del Banco Central de Venezuela son las siguientes:

Semanas                               Liquidez (miles de bolívares)                Variación

08/04/2022                              6.505.922                                      3.46%

01/04/2022                              6.288.362                                    12,25%

25/03/2022                              5.602.156                                     9,51%

18/03/2022                              5.115.565                                     7,84%

Se advierte una evidente expansión de la liquidez monetaria, que se justifica con la puesta en marcha de las operaciones de mercado abierto (OMA), emprendidas por el órgano emisor a partir del lunes 28 de marzo próximo pasado, justamente con la entrada en vigencia del controvertido impuesto a las grandes transacciones financieras, que pretende estimular la demanda del bolívar, gravando el uso de dólares, lo cual supone una desconexión de las causas que han impulsado las transacciones en divisas en nuestro país. Estas operaciones de mercado abierto a través de la venta de títulos de cobertura buscan esterilizar la liquidez monetaria, que el propio Estado ha inyectado y se aplican luego de más de cuatro años sin haber sido empleadas en la economía nacional.

El Banco Central ha invertido más de mil millones de dólares para frenar el tipo de cambio, manteniéndolo artificialmente sobrevalorado, atentando en contra de la producción nacional e impulsando una política de fomento a las importaciones que no se corresponde con un plan sólido de recuperación. En suma, jamás hemos contado con nada parecido a un programa de ajustes, por el contrario presentamos los efectos de un plan de ultra contracción del gasto yuxtapuesto con un default de 127 mil millones de dólares dejados de pagar a los acreedores nacionales. Los efectos de la invasión rusa a Ucrania sobre los precios del petróleo y una leve recuperación de la capacidad de producción cercana a los 700 mil barriles diarios le permiten al BCV contar con la capacidad para intervenir en el tipo de cambio, pero su capacidad está limitada por la posibilidad de encontrar una fuente sólida de recursos.

La cifra de 1,4% de inflación en marzo, no contempla los efectos que desde el punto de vista de las expectativas suponen la aplicación de un tributo a las transacciones en dólares de 3% el cual se trasmite a toda la cadena de valor, menos toma en cuenta los costes del financiamiento, sin acceso al crédito para ajustar los software de facturación y de índole contable para el sector privado de la economía, además de no considerar el efecto del aumento de salarios que sobre la administración pública incidiría incrementando los volúmenes de consumo y por ende la presión sobre los precios, el efecto conjunto de la dinámica multimoneda en el país, supone una carga altísima para mantener el tipo  de cambio controlado y evitar un efecto de trasferencia sobre la inflación.

Igualmente estamos en un vórtice de Hiperinflación, con una cifra anualizada de 253,7%, conducta que de acuerdo a las observaciones de Canavese, recogidas en el texto de: “Bruno, M., Di Tella, G., Dornbusch, R., & Fisher, S. (1988). Inflación y estabilización: la experiencia de Israel, Argentina, Brasil, Bolivia y México (No. E10 B898). Fondo de Cultura Económica”, se corresponden con un espiral de pre hiperinflación de hiperinflación directamente proporcional a la expansión de la liquidez monetaria e inversamente proporcional al grado del déficit fiscal sobre el PIB, en tal sentido en nada cooperan unos datos estadísticos subestimados o sobrevalorados, la duda sobre la `probidad de los datos del emisor son el resultado de su propia conducta al dejar de publicar por más de treinta y seis meses los datos de inflación, de hecho aún están desactualizados los datos de la actividad económica medida por el Producto Interior Bruto, el cual se encuentra actualizado a cifras del primer trimestre del 2019, l principal política de un Banco Central es la confianza y en ese tema, nuestro Banco Central tiene muchas lagunas.

Finalmente es absolutamente baladí discutir si el Observatorio Venezolano de Finanzas o el BCV tienen la cifra exacta. La inflación sigue siendo por mucho la más alta del planeta, el encaje legal aun ajustado es prohibitivo y el crédito ha desaparecido de facto, dejando a un sector privado dependiendo de su flujo de caja, sin financiamiento y sin capacidad para crecer, en medio de una voracidad fiscal, que lejos de promover músculo para el gasto de la administración pública y los servicios de calidad, suponen presiones inobjetables a la  inflación que son inobjetables e inocultables, es en suma un acto bizantino y sin valor ni tan siquiera en la esfera de los ratios del tekné discutir sobre la  veracidad de ese 1,4% de inflación de marzo, lo cierto es que mientras no tengamos acuerdos  políticos, institucionalidad y recuperación de la confianza cualquier recuperación queda conjurada a las esferas acotadas por quienes perciben el efecto del goteo de rentas sin creación de valor agregado.

“Si los bancos centrales tienen dudas de qué hacer, van a esperar en vez de actuar. Y eso es un factor que permite que la inflación vaya escalando”

 Carmen Reinhart.

 

 

 

 




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