Los venezolanos, no solo la dirigencia política, deben estar conscientes de que el régimen de Nicolás Maduro está en condiciones similares a sus ciudadanos, es decir, muy mal, cada vez peor. Se sostiene, fundamentalmente, por el respaldo que hasta ahora le ha brindado la Fuerza Armada Nacional. Sin embargo, la última semana, la fidelidad de los hombres de armas se ha resquebrajado, hasta el extremo de que se habla de decenas de oficiales detenidos por estar fraguando un movimiento de rebelión  dentro de los cuarteles.

En el caso,  Venezuela a pesar de los desbarajustes de la ruina en que vive no desea un golpe militar. Suficiente con la amarga experiencia del 4 de febrero de 1992, óvulo que dio vida al funesto Hugo Chávez Frías, fatal y desgraciado hecho. Las fracciones democráticas no aspiran a otra cosa sino a que cumplan con el mandato legislativo que les exige hacer respetar los expresos mandatos de la Constitución Nacional.

Los militares no viven, tanto se ha dicho, en un claustro ostral fijado a una roca marina por allá, aislados del resto de los ciudadanos. Viven y sufren los mismos padecimientos del resto de los ciudadanos. Con la profundización de la crisis en Venezuela,  los cuarteles y los cuerpos policiales han empezado a mostrar un fuerte descontento. Los bolsillos de los entes de seguridad no escapan de la hiperinflación y la escasez de alimentos, cuestión que seguirá acentuándose como resultado de una administración que ocupa la mayor parte su tiempo en asirse con las uñas de las paredes para no caer como una máquina de escribir.

El escenario venezolano es dantesco. Los ojos no terminan de acostumbrarse a mirar a sus compatriotas hurgando entre la basura para no fallecer, calcos de imágenes de países africanos y asiáticos, humanos hambrientos. Esta situación de hambruna extrema tiene al gobierno en un disparadero muy comprometido a pesar de que hay muchos analistas que sostienen que el hambre no tumba gobierno, planteamiento que no comparto, los tiempos son otros. Al respecto, el periodista de procedencia dominicana, Óscar Haza, con muchos años residenciado en los Estados Unidos, semanas atrás hablaba de que todas esas teorías políticas, entre ellas las de Carlos Marx, por ejemplo, son obsoletas; como los son las fuerzas nacionalistas armadas, los colectivos nuestros para defender los gobiernos. La tecnología ha acabado con todas esas creencias —que no conocieron el celular ni las computadoras —con pulsar unos botones, cualquier joven pueden dejar incomunicado varios países a la vez.

Por otra parte, el corsé  comprime cada vez más y más al régimen. La conformación del Frente Amplio Nacional, la juramentación del presidente Sebastián Piñera en Chile, el triunfo el domingo pasado de Iván Duque y del expresidente colombiano Álvaro Uribe significan un golpe al plexo solar del régimen de Nicolás Maduro, efectos que se sentirán casi de inmediato.

En conclusión, este Frente Amplio Nacional que se estuvo organizando desde hace algunos meses atrás es un elemento que hará reflotar a la oposición. Esa complementación entre la MUD y la sociedad civil organizada es una buena iniciativa, será el reconstituyente que pondrá nuevamente en la calle a las fuerzas democráticas.

garciamarvez@gmail.com




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