“Las burbujas se construyen muy lentamente a medida que la euforia se acumula. Entonces cuando el miedo llega, todo cae muy fuertemente”
Alan Greenspan
El mes de agosto pasado, será recordado como un mes negro, en lo particular la semana del 22 al 26 de ese mes, en la cual el tipo de cambio pasó de 6,95 bolívares por dólar a 9,33 bolívares por dólar valor que se tradujo en 34,24%genarando dos efectos a saber:
- Mayor grado de miseria y pérdida del poder de compra del bolívar.
- Demostración de la limitación de la política de intervención cambiaria.
Sin embargo llama la atención que la brecha en la medición de la inflación entre los organismos extraoficiales y la cifra del órgano rector la cual se ubica en 9,2 puntos, el BCV no desagrega estos datos de inflación, pero la conducta de los precios por cuatrimestres del 2022 dan cuenta de una alarmante subida en el primer cuatrimestre del 2022 la medida se ubicó en 4,3% y la del último cuatrimestre se duplicó en 8,4%, un ciclo que podría lanzar a toda la economía hacia la antinomia de la hiperinflación.
El Banco Central de Venezuela inyectó más de 415 millones de dólares para contener el lo ocurrido en el agosto negro, llevando el tipo de cambio a un valor de 8,0508 bolívares por dólar meta esta superior al monto extraoficial, que pretendía mantener el órgano emisor de 7 bolívares por dólar, así mismo la cifra de cierre inflacionario se ha tornado en imposible de lograr, pues a la fecha el valor de este indicador supera el 60%.
Un muy flaco favor hace el Banco Central de Venezuela (BCV), presentando esta cifra que intenta morigerar el desequilibrio evidenciado en el objetivo terciario del tipo de cambio, promoviendo inyección terciaria. Las cifras de la liquidez monetaria demuestran la mayor contracción de este agregado monetario que aun no se logra esterilizar en la economía nacional, pues los títulos de cobertura cambiaria, no ofrecen confianza y menos credibilidad para garantizar una eficiente esterilización del impacto del pago de estacionalidades y menos aun del pago a compromisos asumidos por frente proveedores a quienes se les pagó en bolívares.
Fuente BCV.
La contracción de la liquidez de 3.66% es muy inferior a su expansión previa de 22.52%, con lo cual se corrobora lo afirmado por Richard Thaler, la economía emula de la física su método de abordaje para llegar a conclusiones y es obvio, que los desequilibrios monetarios demuestran la imposibilidad del BCV, para garantizar estabilidad basada en coordinación y coherencia.
Finalmente la política del Banco Central sigue siendo opaca, poco transparente y abiertamente alejada de sus fines de independencia y autonomía, con lo cual se le hace un muy flaco favor a un país que sólo se mueve bajo el rebote de los sectores del comercio y los servicios, cuyas contracciones a causa de la depreciación del bolívar alcanzan el 45%, sin tomar en cuenta la praxis de perseguir, hostigar y afectar a estos sectores con impuestos absolutamente inviables, como el IGTF, a la fecha de esta columna se esperan las publicaciones formales de los datos de PIB, presentados por el Presidente del BCV, sacados al azar, los Bancos Centrales se pivotan en la confianza y a mayor grado de opacidad menor es la estabilidad que pueden ofrecer.
“La lección de la historia es que usted no consigue una recuperación económica sostenida mientras el sistema financiero está en crisis.”
Ben Bernanke.