La NBA continúa. La junta de gobernadores, los propietarios de las 30 franquicias y el comisionado, Adam Silver, llegaron a un acuerdo con los jugadores para que la temporada continúe, luego de una reunión de emergencia celebrada este jueves.
Un día antes, los Milwaukee Bucks decidieron no jugar su partido frente a los Orlando Magic en señal de protesta por la brutalidad policial y el racismo, mientras que los otros dos partidos de la jornada fueron cancelados. A partir de ese momento, el rumor sobre el fin de la temporada iba aumentando a medida que pasaban las horas.
Algunos jugadores, entre ellos basquetbolistas de los Lakers y los Clippers, optaban por la cancelación del campeonato. Asimismo, pedían a los propietarios mayor implicación en su lucha contra la discriminación racial.
Por esta razón, la liga y los propietarios se comprometieron en estudiar la manera de colaborar aún más en esta lucha. Además, se reunirán en las próximas horas para reajustar el calendario, ya que los partidos de este jueves también fueron pospuestos.
Los mensajes en las camisetas de los jugadores, hincar la rodilla durante el himno o el ya conocido «Black Lives Matters» («Las vidas negras importan») son algunas de las acciones permitidas por la liga para dar apoyo a los basquetbolistas en su lucha contra el racismo.
Sin embargo, los nuevos hechos ocurridos en Wisconsin en los que un policía disparó por la espalda a un afroamericano frente a sus hijos, provocaron una nueva ola de protestas acentuadas en la NBA cuando los Bucks no saltaron al parqué este miércoles.
Ahora, los acuerdos entre liga, gobernadores, propietarios y jugadores garantizan que la temporada continuará. La reanudación será, según medios locales, el viernes o el sábado.