El secretario General de la ONU, Antonio Guterres, pidió el jueves que la transición en Sudán cumpla con las «aspiraciones democráticas» de su pueblo, dijo su portavoz. Guterres llamó a «la calma y a la máxima moderación de todos», luego de que el presidente Omar al Bashir, que estuvo por mucho tiempo al frente del poder, fuera derrocado por el ejército.

El ministro de Defensa de Sudán, Awad Ibnouf, anunció anteriormente que Bashir había sido detenido y que un consejo militar de transición lo reemplazará por un período de dos años. La máxima autoridad de la ONU expresó su «esperanza de que la aspiración democrática del pueblo sudanés se realizará mediante un proceso de transición apropiado e inclusivo», dijo el portavoz Stephane Dujarric.

Fuentes diplomáticas confirmaron que Estados Unidos y cinco países europeos convocaron el jueves a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en Sudán. La convocatoria fue de los cinco miembros de la Unión Europea presentes en el Consejo de Seguridad, Francia, el Reino Unido, Alemania, Bélgica y Polonia y se espera que esta sesión cerrada tenga lugar el viernes. «Estamos muy preocupados» por la situación cambiante, el «cierre de fronteras», el «toque de queda» y una transición militar de dos años, subrayó el embajador británico adjunto Jonathan Allen ante medios de comunicación. Los manifestantes sudaneses han prometido mantener las manifestaciones, rechazando el movimiento del ejército. Allen dijo que lo más importante es que «no haya violencia alguna contra los manifestantes».

El portavoz de la ONU dijo que Guterres ha pedido en repetidas ocasiones una «cooperación total» con la Corte Penal Internacional, pero agregó que las Naciones Unidas no estaban en condiciones de comentar sobre casos específicos relacionados con las órdenes de arresto de la entidad sobre personalidades del país africano. Sudán había negociado dos acuerdos de paz clave, en Sudán del Sur y en la República Centroafricana, después de celebrar conversaciones entre bandos rivales.

LLAMADO DEL PAPA

El papa Francisco abogó el jueves por el «respeto del armisticio» en Sudán del Sur. Las más altas autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán del Sur se reunieron el miércoles y jueves para «unos retiros espirituales» en la residencia donde vive el papa Francisco, quien pronunció un discurso final junto con el jefe de los anglicanos, el arzobispo de Cantorbery Justin Welby.

Francisco espera que «las divisiones políticas y étnicas serán superadas y que habrá una paz duradera para el bien común de todos los ciudadanos, que sueñan con comenzar a construir una nación. EL pueblo espera su regreso al país, la reconciliación de todos sus miembros y una nueva era de paz y prosperidad para todos», subrayó el papa Francisco, que habla de una población «fatigada por los conflictos pasados».

DERROCADO

El ejército en Sudán derrocó y arrestó al presidente Omar al-Bashir este jueves, además de anunciar que se hará cargo del país durante los dos próximos años después de casi cuatro meses de protestas contra su gobierno, informó el ministro de Defensa.

Awad Mohammed Ibn Ouf dio el mensaje a través de la televisión estatal, vestido con uniforme militar. Dijo que después de dos años se llevarán a cabo «elecciones libres y justas».

Agregó que los siguientes tres meses permanecerá declarado un estado de emergencia y que el ejército también suspendió la Constitución, cerró fronteras y el espacio aéreo.

Ouf también dijo que el gobierno y la presidencia quedaron disueltos, además de imponer un toque de queda nocturno.

Antes del anuncio, miles de sudaneses marcharon hacia el centro de la capital del país, Jartum, entre canciones y bailes, después de que, según dos fuentes de alto nivel, el ejército forzara la renuncia de Al-Bashir, tras 30 años en el poder.

Las noticias sobre la destitución de Al-Bashir llegan apenas una semana después de que el presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, renunciara al poder después de 20 años en respuesta a manifestaciones similares. Las protestas masivas mostraban grandes semejanzas con los alzamientos populares registradas en 2011 en varios países árabes y que derrocaron a líderes en Túnez, Libia, Egipto y Yemen.

Las protestas comenzaron el pasado diciembre con marchas contra la crisis económica, pero no tardaron en ampliarse para incluir peticiones de que se pusiera fin al gobierno de Al-Bashir. Ganaron inercia la semana pasada tras la renuncia de Buteflika.

Al-Bashir, quien es un paria en muchos países, es buscado por la Corte Penal Internacional por las atrocidades cometidas en Darfur.

 

 

 

 




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