Clausurado. Hay conmoción en el Hospital Pediátrico Menca de Leoni. Es el único que está recibiendo casos positivos o sospechosos de Difteria en el estado Bolívar. Adentro, los médicos batallan contra una enfermedad de la que sabían solo a través de libros. Ahora la enfrentan en territorio desventajoso: salas de emergencia en lugar de aulas de clase. Se ha cobrado 20 vidas, según datos extraoficiales del Colegio Médico y su presidente, Hugo Lezama. “Hay pánico en la población y el Gobierno debe actuar con transparencia”.

Cuatro horas. Fue todo lo que duró en emergencia una niña que llegó con los síntomas. La Difteria es sumamente mortal. A los médicos se les ha intimidado para que no reporten más casos, cuenta el gremialista tras una reunión con el equipo de trabajo en el hospital. El secretismo es la orden. No hay instrumentos suficientes y Lezama sospecha que uno de los residentes pudo haber sido infectado. “Estamos esperando los resultados”. Es una enfermedad bacteriana pero que se reproduce con la facilidad de un virus y que reapareció para demostrar que en revolución hay brotes de patologías ya controladas.

Rafael Orihuela era ministro de Salud en marzo de 1992. Le tocó anunciar que Venezuela había alcanzado el último caso de Difteria registrado. Fue un niño no vacunado de la etnia Wayuú en Zulia. La memoria y cuenta del ministerio en 2015 señala como un logro que la incidencia de la patología era cero. Pero en 2016 no se podrá decir lo mismo. “Sí, puede considerarse una epidemia: si luego de 22 años de control se presenta un caso, es una epidemia”.

De los 400 mil casos de Malaria que se proyectan este año en América Latina, Venezuela aportará al menos 220 mil

En la academia de la salud se les conoce como las cuatro ‘marías’: Dengue, Chikungunya, Zika y Malaria. Venezuela reprobará en todas, advierte Orihuela, cirujano e investigador con posgrado en medicina tropical de la Universidad Central de Venezuela. “De los 400 mil casos de Malaria que se proyectan este año en América Latina, Venezuela aportará al menos 220 mil”. Venezuela recibió un certificado de control de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la Malaria en 1974: son enfermedades contra las que se lucha todos los días. “Y si te descuidas, se alborotan”.

La Difteria forma parte de las grandes epidemias mundiales. En 1970 se descubrió y eso motivó a la OMS a desarrollar la Triple Bacteriana: una vacuna contra la Difteria, Tosferina y el Tétanos. Para 1976 la incidencia mundial era de un millón de enfermos por año, con 60 mil muertos; y para 1977 se reportaron menos de 10 mil casos: “prácticamente cero”. Orihuela destaca dos pequeños brotes tras la caída del comunismo en Unión Soviética, en 1989, y Ecuador, en 1994. Luego de eso Latinoamérica estuvo prácticamente libre, hasta que en el segundo trimestre de 2016, según investigación del Correo del Caroní, el Gobierno reconoció casos de Difteria en Bolívar.

Entre 2011 y 2012 hubo un brote de Tosferina también en Bolívar. Se reportaron más de dos mil 800 enfermos. Orihuela le observa como una advertencia, pues la vacuna era la misma que contra la Difteria. Pero la vacunación preventiva no se hizo. “No tenemos cifras oficiales de cobertura de vacunación, pero no debe sobrepasar 70% de la población”.

Significa que, si en Venezuela nacen aproximadamente 600 mil niños cada año, hay por lo menos 200 mil que están fuera del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), con el que el país está obligado a cumplir desde 1970. “Si los números se mantienen estáticos por ejemplo, durante 10 años, el número de no vacunados asciende a dos millones de personas.

Entre 2004 y 2011 hubo entre siete y ocho brotes de Mal de Chagas. Tres grandes en Caracas, en la parroquia Macarao. Otros en Chichiriviche y Mérida. En San Juan de Los Morros varios abuelos fallecieron en un geriátrico por afecciones cardíacas, hasta que se dieron cuenta que la comida había tenido contacto con el Chipo, transmisor de la enfermedad.

La Red de Sociedades Científicas Médicas reporta aumentos en casos diagnosticados de Fiebre Hemorrágica y Fiebre Tifoidea. Orihuela pidió  al Gobierno estar alerta también con la Encefalitis del Nilo Occidental, de la que hay aves portadoras certificadas en el país, y la Encefalitis Equina, pues hubo casos reportados en Colombia el año pasado, y podría afectar la península de la Guajira.

 

VACUNACIÓN INSUFICIENTE

Américo de Grazia acaba de vacunarse contra la Difteria. Es diputado por Bolívar ante la AN. Comparte vía telefónica que pidió a la enfermera el frasco de la dosis: se sorprendió. “¿Sabes de dónde vienen?, de la India”. El sistema de importación de medicamentos está trastornado por mafias en las que se incluyen países como Cuba, que triangulan la compra de los insumos para luego venderlos a Venezuela.

El sistema de importación de medicamentos está trastornado por mafias en las que se incluyen países como Cuba

El año pasado el Ministerio de Salud gastó 832 millones 945 mil 590 bolívares en un contrato con Cuba para la adquisición de medicamentos genéricos y biológicos, vacunas, reactivos para laboratorios, mantenimiento de equipos, cobertura de salud bucal, visual y formación de especialistas. Tanto Orihuela como De Grazia coinciden: ¿Qué se le compra a ese país si allí no se produce nada? La isla sirve como intermediario en una transacción en la que gana intereses por casi no hacer nada. La memoria y cuenta del Ministerio de Salud informa que el año pasado se elaboraron 20 millones 869 mil 247 vacunas. La inversión fue de 467 millones 375 mil 510 bolívares. Solo en monitoreo, diagnóstico y vigilancia epidemiológica de enfermedades transmisibles gastó 162 millones 433 mil 719 bolívares. La meta se cumplió en 82%.

 

EXPRESOS DE LA MUERTE

Se estima que la mayoría de los casos de Difteria en Bolívar proviene de Brasil. La propagación depende del frenesí diario en el sur del estado Bolívar: la minería ilegal. Orihuela refiere a los “Expresos de la Muerte”: autobuses que parten de distintas zonas como Anzoátegui, Barinas y otras más urbanas de Ciudad Guayana con rumbo al municipio Sifontes, el popular kilómetro 88. “Hacen minería de fin de semana y cuando regresan llevan consigo enfermedades”.

La gente hace cola desde el día anterior para vacunarse

El epicentro del brote de Difteria es una zona que conforma el “Arco Minero del Orinoco”, recuerda De Grazia. El cierre de la emergencia en el Menca de Leoni hizo colapsar el otro hospital más grande de la región y centros ambulatorios. La gente hace cola desde el día anterior para vacunarse. Según un periódico local, 300 mil vacunas son aplicadas en 332 centros. Según Orihuela, es insuficiente. El 11 de octubre el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, actualizó la cifra: un millón de vacunas serían aplicadas.

Y en la calle se siente. Lezama cuenta que en el ambulatorio de Vista al Sol, en San Félix, hay reportes de disparos al aire durante las colas para vacunarse, que comienzan el día anterior. El médico reconoce que el gobierno regional hace esfuerzos importantes. Pero no es suficiente. El fin de semana pasado, el Correo del Caroní publicó que las dosis en algunos ambulatorios ya estaban agotadas.

El medio confirmó que el instituto regional de salud conocía sobre casos de Difteria desde abril de 2016, según un documento. Pero al personal sanitario se prohibió reportar los casos públicamente “porque eso le hacía daño a la revolución”, según una vocera oficialista del sistema regional de salud. No fue sino hasta el 26 de septiembre que el gobernador, Francisco Rangel Gómez, reconoció 13 casos positivos de Difteria. El 11 de octubre, la ministra de Salud, Luisana Melo, lo desmintió.

Ocultarlo fue criminal, denunció De Grazia. “Si no había Difteria, ¿por qué estaban vacunando?” Calificó como empírico, rudimentario y hasta pirata el método para llevar la salud en el sureste de Venezuela. No hay prevención ni control de las enfermedades de las que una vez se pensó, eran cosa del pasado “En Guayana nos cayeron las plagas”.




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