La Roma hizo oficial este lunes el cambio de propiedad del club, que pasó de las manos del estadounidense James Pallotta, presidente desde 2012, a las de su compatriota Dan Friedkin a cambio de 591 millones de euros.
Los contratos fueron firmados en la tarde de este lunes en una oficina legal de la capital italiana y el anuncio oficial del Roma fue publicado después del cierre de la Bolsa de valores de Milán, en la que cotiza el club.
«El Friedkin Group ha anunciado la adquisición, a través de Romulus and Remus Investments LLC, de cerca el 86,6 % del capital social del club y, además, hará una oferta pública para la compra obligatoria de las acciones ordinarias que quedan, por cerca del 13,4 % del capital social», se lee en el comunicado oficial del club.
Friedkin y Pallotta ya habían firmado un acuerdo vinculante el pasado 6 de agosto para la adquisición del 86,6 por ciento del club por un precio de compra de 0,1165 euros por acción.
El grupo de Friedkin, magnate californiano activo en el mercado automovilístico, cinematográfico y de los hoteles de lujo, manifestó su interés en adquirir al club ya en 2019 y, tras ser frenado en la negociación por la pandemia del coronavirus, consiguió su objetivo por una cantidad inferior de 200 millones con respecto a los 780 millones que estaban en juego en enero.
«Estamos felices por unirnos a al familia del AS Roma y adquirir a un club icónico y convertirlo en uno de los principales nombres del universo del fútbol. Es lo que queremos hacer. Nuestro compromiso para el Roma es total. Estaremos muy presentes en Roma, una ciudad que ocupa un lugar especial en nuestros corazones», dijo Friedkin en declaraciones oficiales publicadas por el club.
«Sabemos que se nos dio un equipo que representa una parte vital del alma de Roma, y esta es una responsabilidad que tomaremos con mucha seriedad y mucha humildad», agregó.
Todo apunta a que el primer fichaje de la nueva propiedad será el español Pedro Rodríguez, quien viajó este lunes a Italia para empezar los trámites necesarios para formalizar el acuerdo.
