La sombra económica de China se agiganta sobre América Latina

La influencia de China en América Latina se ha visto más acrecentada por la deserción de varios países que mantenían relaciones con Taiwán, persiguiendo los capitales de la segunda economía mundial y debido al distanciamiento de EE.UU. con la región bajo el Gobierno de Donald Trump.

(Cortesía)

La influencia de China en América Latina se ha visto más acrecentada por la deserción de varios países que mantenían relaciones con Taiwán, persiguiendo los capitales de la segunda economía mundial y debido al distanciamiento de EE.UU. con la región bajo el Gobierno de Donald Trump.

En la reciente cumbre empresarial China-Latinoamérica de Zhuhai, el vicepresidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, Liu Xincheng, destacó que el total de las inversiones de empresas chinas en la región ascendió a 387.000 millones de dólares a finales del año pasado.

La bandera china flamea como la primera en inversiones en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia.

La deuda venezolana con China asciende a cerca de 70.000 millones de dólares, producto del aporte de tecnología industrial, equipos de computación, vehículos y hasta construcción de viviendas, que se saldan con la producción petrolera del país.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, logró tras su más reciente de muchas visitas a Pekín que se le concediera financiación por 5.000 millones de dólares.

Desde 2009 hasta finales de 2016, Ecuador ha recibió unos 13.706 millones de dólares en inversiones chinas, y como contraprestación las empresas de ese país partían con privilegio en las concesiones.

Actualmente, los chinos son los segundos inversores después de Holanda, con 521 millones de dólares.

China ocupa el primer puesto en cuanto a préstamos a Bolivia por casi 786 millones de dólares, no obstante, ese país aparece en el octavo lugar de inversiones, que rondan los 8.000 millones de dólares.

Brasil suscribió en 1993 una asociación estratégica con China, lo que llevó a que en 2009 se convirtiera en el primer socio comercial brasileño. Hasta 2017 China ha anunciado inversiones en el país suramericano por 123.900 millones de dólares. El recién electo presidente Jair Bolsonaro expresó que quiere aumentar el comercio con la nación asiática.

En el caso de México, China es el segundo socio comercial, con un intercambio bilateral de casi 75.000 millones de dólares en 2016, pero en términos de inversión directa en 2017 fue el decimosegundo con 228,1 millones de dólares.

La potencia asiática es el tercer destino de las exportaciones de Argentina (6 %), mientras que China es el segundo origen de las importaciones de ese país (18 %). En materia de inversión, los chinos están en el puesto 18 con 674 millones de dólares.

Un intercambio de 34.305 millones de dólares en 2017 convierte a China en el primer socio de Chile, aunque en materia de inversión en el país los chinos apenas están llegando a los 2.280 millones de dólares.

El país de Xi Jinping ocupa el puesto 28 de inversión en Colombia con solo 32,1 millones de dólares en 2017, lo que significa una caída del 42,4 % con respecto a 2016.

En Perú es su principal socio comercial con exportaciones que en 2017 alcanzaron los 11.589 millones de dólares y unas importaciones que superaron los 8.000 millones de dólares.

La nación asiática es el primer socio comercial de Uruguay, en 2017 ocupó el primer lugar de destinos de exportación con ventas que -incluyendo zonas francas- alcanzaron los 2.549 millones de dólares. Las exportaciones de Uruguay a China aumentaron 12 % entre 2012 y 2017.

Los lazos de China en Latinoamérica se extendieron recientemente a tres países, Panamá, El Salvador y República Dominicana, lo que generó el rechazo de EE.UU. que llegó incluso a llamar a consultas a los embajadores de esas naciones.

Panamá, que estableció relaciones con China en junio de 2017, se está beneficiando del hecho de que la potencia es el primer proveedor de la Zona Libre de Colón, y segundo usuario del Canal interoceánico, por detrás de EE.UU.

Los panameños importaron en 2017 bienes y servicios por valor de 1.344 millones de dólares y exportaron bienes por 42,6 millones.

El Salvador, que estableció relaciones el 20 de agosto en detrimento de los taiwaneses, tiene un activo intercambio, ya que las exportaciones del país centroamericano se incrementaron en más del 197 % entre enero y julio de 2018, aún sin tener vínculos oficiales.

República Dominicana, que le dijo adiós a Taiwán el 1 de mayo de este año, tiene un intercambio comercial chino-dominicano que ronda los 2.000 millones de dólares.

En Costa Rica, país que estableció relaciones con China en 2007, la inversión entre ese año y 2017 fue de solo 38 millones de dólares.

Los chinos son los terceros socios comerciales de Cuba, con un intercambio de más de 2.585 millones de dólares en 2016, y de 1.130 millones en los primeros ocho meses de 2017.

Nicaragua mantiene todavía relaciones con Taiwán, y en noviembre de 2015 firmó con la isla el Estudio de Impacto Ambiental y Social (EIAS) para la construcción de un canal interoceánico.

Honduras, que sigue la misma línea diplomática en cuanto a Taiwán, exporta desde 2017 bienes por 772,2 millones de dólares e importa 71,9 millones de dólares.

Los taiwaneses tienen en Guatemala otro enclave de su política exterior en Centroamérica. No obstante, en 2017 el país centroamericano exportó a China un total de 60,9 millones de dólares, mientras que importó 1.970,6 millones de dólares.

El único socio taiwanés en Suramérica es Paraguay. No obstante, el Banco Central estima que las inversiones de la zona aduanera diferenciada de la ciudad de Hong Kong llegaron a los 92 millones de dólares. EFE

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