“LA VALIDACIÓN” constituye una respuesta a un desafío que el régimen ha impuesto al noble pueblo venezolano. La interacción del soberano como respuesta a ese desafío, cual es el enfrentamiento valiente del pueblo en contra de un sistema de gobierno, que me permito llamar: “CANALLOCRACIA”, donde los bandoleros se imponen, simboliza un reto imperativo para mantener nuestra propia identidad de pueblo amante de la libertad, la democracia y la soberanía frente al acoso desintegrador del “Canalla”.

“LA VALIDACIÓN” es el desideratum del sentimiento popular cuyo alcance y significación no puede pasarse por alto. Ese desafío se traduce en repudio a la “CANALLOCRACIA” y representa la conciencia moral de los venezolanos.

La “CANALLOCRACIA” tiene algunos seguidores, pocos, por naturaleza áulicos, bandoleros y delincuentes comunes, todos censurados por su conducta pública y privada reñida con la moralidad y la democracia, tiene, en definitiva, una precaria solidaridad, sobrecargada por el morral de ignominia, de las infamias, de la mediocridad política, del oportunismo rampante y la avilantez de quienes mal gobiernan al país.

La actuación del régimen no es extraña, su comportamiento es desembozado y cínico, responde con la atmósfera sin principios, sin ideología, cargada de odios y rivalidades, reinante en su oscuro mundo, pero, nuestra sociedad civil y, muy importante, nuestras mujeres y jóvenes, le han marcado indeleblemente con el hierro candente de la dignidad y la valentía a esa claque de bandoleros.

Notamos como en ese grupúsculo gubernamental hay sórdidos personajes que amparados en el ropaje del poder, cínicamente, pretenden ocultar sus múltiples fracasos políticos, no pasando de ser viles canallas y cobardones, sostenidos audazmente por la “CANALLOCRACIA”.

La valiente y cívica jornada de validación frente a la comedia nacional, impulsa al pueblo venezolano, ante la opinión nacional e internacional como una comunidad democrática y valiente, en contraposición a un régimen canalla y amañado que se encuentra moribundo.

Los baldones recibidos por la FANB han sido aceptados con insólita sumisión, ineptitud y cobardía por sus respectivos jerarcas, hay uniformados audaces y aventureros, quienes, deslumbrados por el brillo de los arreos militares, ambicionan poder y dinero sin importarles ni la dignidad, que no tienen, ni el honor que no se les divisa, son la divisa verde y amarilla del cuadro de bufones corruptos arrodillados frente al canalla mayor.

En la CANALLOCRACIA” creen que el país y el pueblo venezolano les han sido escriturados para siempre y para hacer de ellos lo que a bien tengan, por tal razón se han aventurado en circenses actuaciones pensadas, premeditadas, absurdas y experimentales, incursionando con tal fiereza contra el tesoro público y la ciudadanía, quienes nos encontramos al borde de perder nuestra soberanía económica y política. La “CANALLOCRACIA” parte del principio comunista que sostiene: “No importa cualesquiera son los medios con tal de lograr el fin”.

Han perfeccionado el “arte” de la calumnia, del engaño y la mentira tanto así, que se engañan entre ellos mismos, dan por sentado una supuesta mayoría de apoyo popular, pero tienen un terror reverencial de contarse ;”la validación” demostró lo contrario aunque se nieguen a reconocerlo los ”clown” del CNE y del TSJ ;  al respecto recordemos una frase del eclesiástico y político francés Talleyrand-Perigord: “Hay un arma más terrible que la calumnia: La verdad”.

Con “LA VALIDACIÓN” el pueblo ha reafirmado la fe en si mismo, la fe en su valor deliberante, la fe en la fuerza de su voluntad como única fuente de legitimidad visible de los poderes públicos. Se despejan los oscuros nubarrones de la ignominia y el pueblo permanece como testimonio de una voluntad dispuesta a prolongarse a través del tiempo.

El pueblo se colocó a la cabeza de una cruzada por la libertad frente al actual reducto de crueles déspotas.   “LA VALIDACIÓN ES UN GOLPE DE OPINIÓN” Ahora: “NI UN PASO ATRÁS”. “QUE NO SE CALLE LA CALLE”

 




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