Yo se que vivir de recuerdos es sinónimo de vejez y que todos tenemos que hacer un esfuerzo para proyectarnos hacia el futuro con entusiasmo, con fé, con esperanza. Sin embargo, pensando en la Venezuela de hoy y comparándola con la Venezuela de antaño, tengo una tristeza inmensa por todos esos valores que hemos perdido, por la aprensión que hay en la mirada de la gente, por el miedo que hay en la cara de los niños y de los jóvenes, por la aflicción y el sentido de impotencia que hay en los ojos de los ancianos.

Pero ¿qué pasa? ¿Qué sucede en este país? Yo quiero volver a confiar en la gente, en el mundo,  en el mañana! No podemos seguir viviendo encerrados como en una cárcel, en un país donde, hoy más que nunca, se viene perpetrando un verdadero saqueo de los dineros públicos, no podemos seguir viviendo en un mundo donde el “tener” es mucho más importante que el “ser” ! Yo quiero quitar las rejas de mis ventanas para tocar las flores, para olerlas…quiero tener la puerta abierta en las noches de verano…quiero la honestidad como motivo de orgullo…quiero la rectitud de carácter, las caras limpias y las miradas en los ojos! Quiero la vergüenza, la alegría, la confianza, la fé. Quiero que la palabra de “hombre” vuelva a ser sinónimo de juramento…quiero el retorno a la verdadera vida, a esa vida simple como la lluvia, limpia como una noche de abril, leve como la brisa de la mañana y definitivamente común como tu y como yo.

Quiero un mundo hecho de pequeñas cosas, un mundo donde la base de la vida sea la  solidaridad y la caridad! Me indigna la corrupción, la falta de ética, de moral, de respeto y de Amor hacia el prójimo. Quiero volverme a enorgullecer de nuestros líderes políticos…quiero  que lo que hacen lo hagan como una misión por el bien del país y de su gente y no como un peldaño para alcanzar el poder o un medio para enriquecerce. Quiero que consideren a todos los venezolanos como hermanos, que no los insulten ni los discriminen por no compartir su ideología, quiero que no sigan sembrando odio y rencor, quiero que respeten las opiniones de los demás y que no pretendan imponer su doctrina con la fuerza, a expensas de la libertad y de la dignidad de los pueblos, quiero que no nos sigan engañando ofreciendo villas y castillas a sabiendas de que nunca podrán cumplir, en fin quiero vivir en un país autenticamente autónomo y soberano donde su futuro se planifique en Caracas y no en la Habana. Yo no se si es utopía pero ¿porqué no  hacemos el intento y porque todos mancomunados no tratamos de construir un mundo mejor? Venezuela y nuestros hijos bien lo merecen!

Por último, el augurio que quiero hacerle a todos ustedes y a Venezuela entera, es que no se dejen  robar nunca esa Esperanza que todavía alberga en sus almas, que traten de mantener siempre viva y resplandeciente esa llama de ilusión que está al final del túnel de la vida, llama que es el único camino que nos puede conducir a la verdadera felicidad y quiero desearles con todo el afecto y con todo el cariño que le tengo a este país y a su gente, no solamente que la vela de la Esperanza no se apague nunca en sus corazones, sino que sirva como llama inagotable para encender de nuevo la luz de la Paz, de la Fé y del Amor que han sido tristemente apagadas por la maldad, por la ambición y por el ansia de poder de los hombres, a través del odio y del rencor sembrados por una falsa ideología. Que así sea…Los quiero mucho!

Desde  Italia  –  Paolo Montanari Paolo

 




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