Julio García (Foto Angel Chacón)

—–Elba de García tiene muchas cosas buenas que decir de su hijo. Pero no es fácil hacerlo sin llorar. No lo tiene con ella. Los separan 104 kilómetros y unos barrotes desde que funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) se lo llevaron de su casa sin dar explicaciones. Ahora es difícil saber cuándo lo volverá a ver.

Sus lágrimas son espontáneas y repetitivas. Camina por los pasillos de la casa esperando escuchar la voz de Julio García, siempre alegre y apurado. Comparten el mismo espacio físico porque su hijo vive junto a su familia en un anexo de la residencia materna. “Por eso lo veía todo los días, aunque siempre estaba ocupado entre las tantas responsabilidades con las que tenía que cumplir”.

Para ella Julio es “el hijo amado”.Significa un pedazo importante de su vida. “Todos quisieran tener un hijo como él, amoroso, excelente padre y hermano, siempre pendiente de quienes lo necesitan”, así se dio a conocer como presidente del Colegio de Enfermeros de Carabobo.

Elba no estaba en casa al momento del allanamiento ilegal. Es algo que agradece porque no hubiese querido presenciar tanta violencia e injusticia delante de sus nietos menores de edad y su nuera embarazada. Pero al mismo tiempo lamenta no haberse podido despedir de su hijo. “Un amiga me llamó para decirme que estaban allanando la casa, cuando nosotros llegamos ya se habían ido, se lo habían llevado”.

Sus vecinos estaban muy alarmados. Elba recuerda que nadie lo creía. “Julio es una persona que lo que hace es luchar, tiene buena conducta, siempre está dispuesto a ayudar, a colaborar, todos quedamos sorprendidos con esa situación”.

ABOGADO DE LA ENFERMERÍA

Julio García se distingue de todos en la familia. “Él no se parece ni a mi esposo, ni a sus hermanos, ni a mi. Es diferente porque está enfocado en tratar de defender los derechos de las personas y se enfrentaba a cualquiera para denunciar las injusticias”.

Su madre está convencida que estudió enfermería por su pasión por el bienestar de los seres humanos. “Lo hace atendiendo a los niños, se dedicó sobre todo a pacientes críticos”. Después se abocó al gremio ante los problemas que siempre ha tenido en materia laboral. “Y tuvo relación con el derecho, por eso también estudió esa carrera, para tener base académica para poder seguir con su labor”.

Sus estudios de doctorado los tuvo que paralizar tras la detención del sábado 12 de agosto. Siempre estaba ocupado, con libros en mano y se acostaba tarde estudiando. “Se la pasaba con el teléfono en la mano porque le pedían mucha ayuda. Y siempre estaba a la orden, nunca decía que no, siempre buscaba tiempo para todos”.

TRISTEZA EN LA CASA

“Se me fue un poco la vida”. Tras la aprehensión de su hijo, solo ha podido verlo en una oportunidad. Fueron 10 minutos, solo eso. Se abrazaron y lloraron. “Yo le dije que hay que seguir adelante porque él no ha hecho nada y saldrá de esta situación”.

Pero en el fondo siente mucho miedo. Ella nunca imaginó que le tocaría vivir eso. “Él solo protesta por los derechos de la gente. Yo no pensé que por eso tendría que estar en la cárcel. Tampoco por pensar diferente”.

La detención fue a las 10:00 a.m. de ese sábado, cuando funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) llegaron violentamente a su residencia en la urbanización La Trigaleña de Valencia. Saltaron la reja de la casa y tocaron con fuerza la puerta, diciendo que llevaban una citación. Lo siguiente fue esposar a García, tras revisar toda la vivienda.

En la casa, la tristeza se siente aún sin haberla visitado antes. La niña de 12 años no quiere salir ni hablar con nadie. Y el de dos años llora mucho, no duerme bien. “Hasta sufre alucinaciones en las noches”. La mamá del dirigente relató que su nieto se despierta llorando porque era Julio quien lo atendía y hasta le preparaba y daba el tetero desde que su esposa está embarazada de alto riesgo.

Para Elba es cada día más difícil hablar de Julio y no llorar, extrañarlo. Su mensaje al presidente Nicolás Maduro es que tome en cuenta que hay muchas madres como ella sufriendo y llenas de impotencia. Respira profundo cuando recuerda nuevamente que no sabe cuándo volverá a ver a Julio.




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