Rafael Lacava intentó repetir la historia. El candidato a la gobernación de Carabobo por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Gran Polo Patriótico (GPP) cerró su campaña en la avenida Enrique Tejera, al sur de Valencia, tal como lo hizo Hugo Chávez para elecciones presidenciales de 2012.
Desde tempranas horas de este miércoles los simpatizantes oficialistas se congregaron frente a la gran tarima instalada en el extremo oeste de la avenida. La mayoría tenía su objetivo bien definido desde el comienzo: ubicarse lo más cerca posible de la estructura en forma de «T» para obtener una de las franelas vinotinto, estampadas con un «Lacava 10» en la espalda.
En medio del sol inclemente, un animador se encargó de mantener la expectativa viva entre los presentes antes de la llegada del impredecible candidato. Primero se presentó un grupo de música tradicional; luego «Diego Diamante», cantante urbano; y por último, la agrupación Tambores de San Millán. Eran las 4:16 p.m. cuando se avistó un camión que venía desde el extremo este. Lacava iba abordo, acompañado de su esposa.
El personal de seguridad se encargó de despejar el espacio y apartar a las personas para que pudiese llegar al otro lado de la avenida. Mientras llegaba al otro lado de la avenida, iba repartiendo las iconicas franelas al ritmo de los tambores. Una vez en la tarima, habló durante algunos segundo y de inmediato se dirigió a su equipo para que le pusieran el jingle de su campaña, inspirado en la canción «Mi Gente» del cantante colombiano J. Balvin.
A lo largo de la carrera por la gobernación, que ya está por terminar, se mostró como un hombre de energía efusiva, pero hoy fue la excepción. El cansancio se le notaba en la voz y el gran esfuerzo que hacía en cada palabra también. Aunque intentó repetir la historia de Chávez, las diferencias fueron marcada, sobre todo en su breve discurso emocional y de poco contenido. Los argumentos fueron sustituidos por franelas.
Sobre su plan de gobierno en caso de resultar favorecido el próximo domingo, se limitó a mencionar medidas puntuales como la de «castigar a los bachaqueros» sometiéndolos al escarnio público a través del uso de bragas. Temas como el deterioro del sistema de los centros de salud y las fallas en el servicio de trasporte público no fueron mencionados. Por momentos la música le eclipsaba la voz.
Lacava pidió a sus simpatizantes que no lo dejaran solo en la recta final de la contienda por la gobernación, ya en ellos estaba el poder para lograr la victoria. Luego procedió a realizar un juramento junto sus simpatizantes: Juro por el Dios de mis padres que no daré descanso a mis brazos, ni reposo a mi alma, hasta consolidar el Carabobo revolucionario, antiimperialista, socialista y profundamente chavista.
La petición constante de quienes estaban abajo de la tarima era «Lacava lánzame una franela», la respuesta era inmediata. Sus asistentes se encargaron de repartir entre las personas más de dos decenas de sacos repletos con la prenda vinotinto, causante de la euforia colectiva. «Terminen de repartir todas esas franelas», fue la orden del candidato.
Una vez más la desvinculación con la figura de Nicolás Maduro fue evidente. El nombre del presidente fue mencionado apenas un par de veces. No ocurrió lo mismo con la imagen de Chávez, cuya memoria fue recordada en reiteradas ocasiones. Optaron por reproducir los jingles de las antiguas campañas del fallecido presidente.
Al menos 13 autobuses trasladaron a los oficialistas desde distintos sectores de la entidad hasta la avenida Enrique Tejera. La representación de Puerto Cabello no faltó. Un grupo de trabajadores de Diques y Astilleros (Dianca), identificados y uniformados, destacaba del resto. Fueron llevados desde antes del mediodía.
Las fallas en la seguridad se hicieron presentes desde el comienzo de la jornada. Cada cierto tiempo algunas personas lograban pasar el perímetro entre la baranda y la tarima, desesperados, lo único que solicitaban era una franela. Ya al final del acto la situación se descontroló por completo, e incluso el candidato se sintió ofuscado ante la multitud.
De un momento a otro un gran número de personas logró subirse hasta la tarima. Algunos lograron llevarse varias cajas de agua mineral y otros fueron vistos intentando llevarse una de las cornetas del sistema de sonido, pero las autoridades lograron impedirlo. Custodiado por su equipo, Lacava fue sacado de inmediato del lugar. El grupo de periodistas que realizaba la cobertura del evento también fue desalojado.
