Imagen de Jesús Nazareno de la iglesia Espíritu Santo de Valencia.
Imagen de Jesús Nazareno de la iglesia Espíritu Santo de Valencia. / Foto cortesía Pablo Pérez

El Miércoles Santo es para la iglesia católica un tiempo de purificación e iluminación para recibir la Pascua, que es la fiesta central de cristianismo en la que se conmemora la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado.

Por celebrarse por segunda vez en pandemia, ese año tampoco habrá misas ni procesiones con El Nazareno, pero la ciudadanía está apelando a él para que acabe con la COVID-19.

“Por tu dolorosa pasión, ten misericordia del mundo entero y líbranos de esta pandemia”, es el mensaje que se ha hecho correr a través de las redes sociales en Venezuela.

La idea es que todos recen para que nuestro señor Jesucristo interceda por el mundo y elimine la pandemia.

LA CELEBRACIÓN

Canónicamente, el Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín (una asamblea o consejo de sabios estructurado en 23 jueces en cada ciudad judía en el Antiguo Israel) y el tribunal reiligioso judío con Judas Iscariote para negociar la entrega de Jesús a cambio de 30 monedas de plata y condenarlo.

La liturgia de la iglesia católica dedica la lectura al capítulo 26 del Evangelio según San Mateo, donde cuentan la traición de Judas Iscariote:

En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: “El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.”»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce.
Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?»
Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió: «Tú lo has dicho.»

 

Tradición en Venezuela

El Miércoles Santo se realiza la procesión de El Nazareno, una de las tradiciones más representativas de la Semana Santa en Venezuela. La imagen de Jesús con la cruz a cuestas y vestido con una túnica de color morado, realiza un recorrido simbólico al calvario, seguido por miles de feligreses, muchos de ellos vestidos del mismo color.

A pesar de ser una tradición popular en todas las iglesias, El Nazareno de San Pablo, de la Basílica de Santa Teresa en Caracas, y El Nazareno de Achaguas, en el estado Apure, son las más famosas.

Se ha popularizado la tradición de adornar a la imagen con las orquídeas llamadas popularmente Flor de Mayo. La imagen del Nazareno de San Pablo data del siglo XVII y estuvo en la Capilla de San Pablo, hasta que fue demolida en el siglo XIX. La escultura entonces fue trasladada a la recién construida Basílica de Santa Teresa.

NAZARENO EN TODAS LAS IGLESIAS

No hay una iglesia venezolana donde no haya una imagen de El Nazareno para venerarla este día, pues son muchos los creyentes que la veneran.

Los actos religiosos por El Nazareno, además del Domingo de Ramos, son los más concurridos. Miles de personas acuden a los templos vestidos de color morado, y con una cruz, para agradecer favores concedidos.

Los devotos hacen promesas al Nazareno generalmente por cuestiones de salud. Algunos lo hacen por tiempo determinado, pero otros por toda la vida. Por eso se aprecian los Miércoles Santo hasta ancianos luciendo su túnica morada.

La idea es ir a misa este día y acercarse a la imagen del Nazareno para agradecer por favores concedidos.

Al igual que el año pasado, por estar en pandemia, las iglesias permanecerán cerradas, lo que una vez más se dificultará el cumplimiento de las promesas.

Sin embargo los devotos se las ingenian para cumplirlas. Por eso algunos optan por vestir su túnica en la casa y rezar un rosario. Otros lo hacen mientras escuchan la misa en la radio, y los más osados van hasta la iglesia y se paran al frente, en demostración de que está cumpliendo con la tradición.




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