Los aficionados, las estrellas y la nieve dieron color al Día Inaugural. / Foto archivo

Como siempre sucede en cada Día Inaugural del béisbol de las Grandes Ligas, los aficionados y las estrellas siempre son los grandes protagonistas, pero este año lo han sido de manera muy especial por darse el grito de «play ball» en medio de la pandemia del coronavirus y. además, con la presencia de la nieve y el frío como invitados poco deseados.

Aunque para el veterano toletero venezolano Miguel Cabrera podría haber sido una bendición, dado que estableció otro hito al pegar su primer cuadrangular del Día Inaugural cuando más arreciaba la nieve en el Comerica Park de Detroit.

A pesar de la nieve y las restricciones COVID-19 hubo 8.000 aficionados en las gradas del Comerica Park, como el símbolo de su deseo de volver la acción deportiva en los estadios.

Esa fue la nota dominante que se dio en el resto de los 12 estadios en los que se disputaron partidos, de los 15 programados, que al final se quedaron en 13 con las suspensiones del Washington contra Nueva York Mets, debido a casos de COVID-19, y en Boston ante Baltimore, por causa de la lluvia.

El resto, incluido el Yankee Stadium, dio entrada a sus aficionados por primera vez desde el 2019 y sus seguidores respondieron con un lleno de 10.850 personas, el 23 por ciento de su aforo permitido, todos con mascarillas y guardando la distancia social, además de superar varias pruebas de control de salud.

Nada importó para los aficionados, que de nuevo pudieron disfrutar de la auténtica fiesta que es el deporte pasatiempo nacional en Estados Unidos, aunque en el caso de los Yanquis los dejó «frustrados» con la derrota por 2-3, en 10 entradas, ante los Azulejos de Toronto.

Junto con los hits, carreras, errores, triunfos y derrotas hubo un duro recordatorio de todo lo que ocurrió en el béisbol y en el mundo el año pasado con la pandemia de la COVID-19.

El partido entre los Nacionales y los Mets, el esperado duelo nocturno entre los abridores Max Scherzer y Jacob deGrom, se pospuso debido a un brote de coronavirus.

Mike Rizzo, el gerente general de los Nacionales, dijo después que tres peloteros habían dado positivo a la COVID-19, mientras que cuarto «probablemente» también se habría contagiado.

Lo sucedido en Washington fue visto por el mundo de las Grandes Ligas como un recordatorio de que la lucha contra el coronavirus continúa porque la enfermedad sigue ahí y es real.

La pasada temporada, en la reducida a 60 partidos, se pospusieron 45 partidos por causa del coronavirus, y no se permitió prácticamente el ingreso de aficionados.

Este año no se había aplazado un solo encuentro de la pretemporada. Pero la buena racha se cortó justo en el primer día de la campaña regular.

Tampoco los elementos climatológicos ayudaron en Fenway Park, de Boston, donde el equipo local de los Medias Rojas se iba a enfrentar a los Orioles de Baltimore, el pronóstico de fuertes lluvias forzó al aplazamiento hasta el viernes.

Hubo nevadas en Cincinnati, donde Nolan Arenado debutó con San Luis, su nuevo equipo, y aportó un sencillo en un ataque de seis carreras durante el primer episodio. Los Cardenales se impusieron por 11-6 a los Rojos.

En el Wrigley Field de Chicago, la temperatura era de 36 grados Fahrenheit (2 centígrados), cuando el destacado novato Ke’Bryan Hayes pegó un cuadrangular en el duelo que los Piratas de Pittsburgh ganaron de visitantes 3-5 a los Cachorros.

Pero donde la pelota se confundió entre los grandes copos de nieve, fue en el Comerica Park después de que Cabrera la hizo volar en Detroit con el primer jonrón de la nueva temporada y el 488 de su carrera, a sólo 12 de llegar al exclusivo club de los 500.

De hecho, Cabrera perdió de vista la esférica, y se deslizó en segunda base, por si acaso la pelota no se había ido al otro lado de la barda. Los árbitros ratificaron que si lo hizo y al final los Tigres ganaron 3-2 a los Indios de Cleveland.

También hubo frío en Denver, pero 20.570 aficionados presenciaron el partido del equipo local de los Rockies de Colorado ante los actuales campeones de la Serie Mundial, Los Angeles Dodgers, a los que ganaron por 8-5.

Luego ya en la costa Oeste, el clima fue mucho más agradable, y en Anaheim (California), el dominicano Albert Pujols hizo historia al salir de titular en el vigésimo primer Día Inaugural consecutivo y se unió a los legendarios Pete Rose, Al Kaline y Eddie Murray.

Rose posee el récord con 23 temporadas en fila entre 1963 y 1985, mientras que Pujols se une a Murray y Kaline por la segunda mayor cantidad. El pelotero dominicano de 41 años ayudó a los Angelinos a ganar 4-3 a los Medias Blancas de Chicago, que tuvieron en la cueva a su nuevo piloto, el veterano Tony La Russa, de 76 años.

Los Astros de Houston soportaron los abucheos, al grito de «¡Tramposos!», de más de 10.000 aficionados de los Atléticos de Oakland, que no les perdonan el escándalo del robo de señales, pero en el diamante, el equipo tejano ganó por paliza de 1-8.

La victoria fue la novena consecutiva de Houston, récord del club, en el día inaugural y la racha activa más larga de las mayores, que permitió a los Astros unirse a solo otros cuatro equipo que lo habían hecho antes como los Marineros (2007-15), Rojos (1983-91), Mets (1975-83) y St. Louis Browns (1937-1945).




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