Los Angeles Lakers encadenan su segunda victoria consecutiva, con una tendencia singular de jugar sin pívot. Los angelinos superaron este domingo 108-103 a los Minnesota Timberwolves, siendo LeBron James nuevamente protagonista.
Sin Anthony Davis lesionado y con unos Dwight Howard y DeAndre Jordan que no acaban de encontrar su hueco, los Lakers se han refugiado en el «small ball» y por ahora les ha servido para sumar unos triunfos que necesitan con urgencia. En cualquier caso, no fue una victoria holgada ni excesivamente convincente.
De acuerdo con Meridiano, los Lakers no remataron el partido hasta el último minuto y jugaron con fuego en su muy precaria protección del rebote: los Wolves lograron 56 (20 de ellos ofensivos) frente a los 28 de los locales.
LeBron James lideró una vez más a los suyos con 26 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 3 robos en una noche de mucho desgaste físico y en la que acabó jugando 39 minutos.
Malik Monk (22 puntos) fue el mejor acompañante de James, y Russell Westbrook (20 puntos, 3 rebotes y 5 asistencias) también puso de su parte aunque volvió a sufrir mucho con las pérdidas de balón (9 de las 15 en total de los Lakers en todo el partido).
En los de Minnesota, el pívot Naz Reid se puso las botas en la pintura (23 puntos y 11 rebotes) mientras que Anthony Edwards (18 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias) no tuvo un gran día desde el perímetro (0 de 6 en triples).
Con información de meridiano.net
