Donde quiera que se ama el arte de la medicina se ama también a la humanidad. (Platón).

Sin duda alguna los médicos venezolanos son unos profesionales que a través de la historia han dado un gran ejemplo a la sociedad venezolana; y hoy en día son modelo dentro y fuera de las fronteras de nuestro país donde son recibidos con los brazos abiertos pues es conocida su fama por su gran criterio clínico, experiencia y el gran trato humano a los pacientes.
En estas fechas que transitamos y que nos encontramos ya a más de un año de la presencia de la pandemia del Covid-19 en Venezuela; una de las grandes víctimas de dicha enfermedad han sido precisamente nuestros colegas venezolanos, los cuales han tenido que luchar con las uñas para poder atender a la población que lamentablemente ha sido infectada por este virus.

Y como consecuencia de este problema, la lista de médicos fallecidos cada mes se hace más larga y sólo en Carabobo ya son más de 35 los galenos que se han ido al cielo por este virus tan peligroso y traicionero.

A todas estas, cuando el país sigue observando el drama que sufre tanto la población como los médicos que deben tratarla; el circo de las vacunas sigue vigente y aún no disponemos de un plan para poderle dar cobertura a todo el personal de salud de hospitales y clínicas, quienes son los que se encuentran en la primera línea de lucha en contra de este mal.

Pero lo peor es que ese no sólo es el problema; sino que desde ciertos niveles se observa y se siente el gesto sin palabra, la mirada maliciosa y los hechos de un ente que a todas luces pone de manifiesto su animadversión hacia los médicos venezolanos de verdad, mientras alaban todo aquello que representa la piratería médica y el tratamiento farmacológico sin respaldo científico.

Pero nuestros colegas venezolanos no sólo son unos guerreros de la salud porque luchan sin descanso (aun arriesgando sus vidas) por salvar las de otros; sino que también ellos tienen armarse de mucho valor y fortaleza espiritual y sentimental al tener que experimentar las expresiones de desesperación de algunos pacientes que por no poder respirar les imploran que los intuben, cuando los pacientes llaman casi a gritos para que en esas salas de aislamiento donde la soledad impera, se acerquen a ellos para sentir en sus cabezas la mano de quienes le traen aliento y confianza y también cuando tienen que sentarse y hablar miles de veces con los familiares del paciente, para darles palabras de ánimo en algunas ocasiones o a veces para tener que decirle la lamentable noticia de que su familiar falleció.

Cuando uno observa todo este panorama, nos podemos dar cuenta a la gigantesca presión a la que son sometidos los médicos en nuestro país por lo cual creemos sin duda alguna que todos los venezolanos de buena voluntad tienen que estar orgullosos de sus médicos y deben recordar también que ellos son humanos y que experimentan una gran tensión por todo lo que vivimos.

Alguno se preguntará ¿Y qué hay de los médicos de otros países?, ¿Acaso no son también guerreros y héroes? Pues claro que sí, la diferencia está en que los médicos en otros países son respetados y protegidos por sus gobiernos y a estas alturas todos ellos y el resto del personal de salud, ya han sido vacunados porque precisamente no andan con payaserias ni circos politiqueros ideológicos.

Para finalizar la presente entrega quiero enviarles mi más sincero apoyo a todos aquellos colegas en nuestro país que hoy en día se encuentran en la primera línea de atención en contra del Covid-19; que Dios los bendiga y la Virgen los cuide y que la justica y el sentido común lleguen pronto para que sean vacunados como se debe.




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