Musulmanes rezan en la mezquita Suleymaniye en la primera jornada de la Fiesta del Sacrificio o Eid el Adha, en Estambul (Turquía). (EFE)

Millones de musulmanes celebran hoy el primer día de la fiesta del Sacrificio, la principal festividad del islam, que en Oriente Medio está marcada este año por los conflictos en Siria o Irak, donde los dominios del Estado Islámico (EI) están en retroceso.

En esta fiesta, conocida como «Aid al Adha» en árabe, los musulmanes degüellan corderos -y otras reses- al alba para rememorar el pasaje bíblico según el cual Abraham ofreció a Dios la vida de su hijo primogénito, quien según la tradición islámica no era Isaac sino Ismael y de cuya estirpe se cree que descienden los árabes.

La celebración, como cada año, coincide con el final de la peregrinación mayor a La Meca, en la que participan 2,3 millones de fieles procedentes de todo el mundo, según las últimas cifras ofrecidas por las autoridades saudíes.

En Mina, cerca de la ciudad santa del islam, los fieles asistieron al sacrificio de cerca de medio millón de cabezas de ganado, entre ellos corderos, vacas y camellos.

El sacrificio, que se realiza para acercarse a Dios o como penitencia, es un deber para los peregrinos que tienen la capacidad financiera para pagarlo y los más pobres, como alternativa pueden ayunar.

Las autoridades saudíes establecieron 32 puntos de inspección para verificar que las reses están sanas y son compatibles con los criterios sanitarios y cinco unidades para los sacrificios, con una capacidad total de 500.000 cabezas.

Los fieles en La Meca también realizaron hoy el ritual de la «lapidación del diablo», consistente en arrojar siete piedras a las tres columnas que representan las tres apariciones del demonio a Abraham.

Después de cumplir ese rito, para el que existe un plazo máximo de tres días, los fieles se afeitan, se cambian de ropa y regresan a la Gran Mezquita de La Meca para dar siete vueltas en torno a la Caaba y dar por finalizada la peregrinación, que es obligatoria una vez en la vida para todo musulmán que pueda costearse el viaje.

El «Aid al Adha» se vivió con especial énfasis en Irak después de los últimos avances en la ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que ha perdido el control de prácticamente todas las ciudades que controlaba, entre ellas Mosul, la gran ciudad del norte del país, que fue liberada el pasado julio.

Entre los escombros del casco antiguo, la parte más castigada de la ciudad por los combates y bombardeos, los habitantes de Mosul tuvieron su primera celebración de la fiesta del Sacrificio en tres años.

Los habitantes de Mosul recuperaron tradiciones prohibidas por los yihadistas en esta fiesta, desde el sacrificio hasta algunas oraciones específicas que no se ajustan a sus reglas radicales del islam.

En Siria el presidente, Bachar al Asad, se sirvió del «Aid al Adha» para celebrar los avances contra el EI, para lo que se desplazó a la región de Al Qalamún, a unos 100 kilómetros al norte de Damasco, para realizar los tradicionales rezos del alba en esta zona, donde se expulsó al grupo yihadista a comienzos de esta misma semana.

En Egipto, país con mayor población musulmana del mundo, se realizaron sacrificios de ganado en todas las ciudades, en especial en El Cairo, en cuyas calles se encuentran incontables rediles improvisados en los corderos aguardan mansos al sacrificio.

A los animales, marcados para el sacrificio con pintura roja, se les degüella en plena calle al grito de «en el nombre de Dios, Dios es grande».

En el barrio céntrico Zamalek se formaron largas colas frente a los mostradores callejeros donde los carniceros despiezan con un machete a los corderos y también vacas, previamente destripados y despellejados, que cuelgan de ganchos puntiagudos.

Amr Nabil, uno de los jóvenes que presencian los sacrificios, cuenta a Efe que toda la carne se la dan a los pobres. «Es mejor darles comida que dinero», asevera.

Otro egipcio, que no se identifica, dice que no le gusta que se graben los sacrificios, porque según él «hay gente malintencionada», que los compara con las ejecuciones que lleva a cabo el EI.

«Ponen el vídeo de un sacrificio a la izquierda y otro de ejecuciones del Daesh a la derecha», apostilla. 




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