(Foto AFP)

La comunidad musulmana se convirtió el lunes en el objetivo del cuarto atentado terrorista que sufre el Reino Unido en apenas cuatro meses, en el que una persona murió y diez resultaron heridas, dos de ellas de gravedad, en un atropello junto a una mezquita de Londres.

Este ataque, tras otros tres consecutivos asumidos por el grupo yihadista Estado Islámico, da un giro de la amenaza terrorista a la islamofobia y carga un nuevo pesar sobre la sociedad británica, conmocionada también por el incendio de un edificio la pasada semana, en el que se da por muertas, hasta el momento, a unas ochenta personas.

Todo ello agudiza la inestabilidad política del país, ya que la primera ministra, Theresa May, ultima a duras penas un Gobierno en minoría con los unionistas norirlandeses del DUP, una situación de debilidad en la que se emprendió hoy en Bruselas la negociación del «brexit» o salida del Reino Unido de la Unión Europea.

El incidente ocurrido la pasada medianoche se produjo al término de los rezos del mes sagrado del Ramadán, cuando una furgoneta blanca atropelló a varios feligreses que abandonaban el templo en la calle Seven Sisters, próxima a Finsbury Park, en el norte de la ciudad.

El subcomandante Neil Basu, de la Policía Metropolitana de Londres, apuntó después que la persona que murió en el suceso estaba recibiendo primeros auxilios antes de que el camión arrollara a los peatones, por lo que no se sabrá si el fallecimiento es consecuencia del ataque terrorista hasta que se lleve a cabo la autopsia.

La policía detuvo a un hombre blanco, corpulento y de 47 años, que conducía el vehículo y actuó solo, y que fue retenido por las personas que estaban a las afueras de la mezquita.

Los medios locales han identificado a ese sospechoso como Darren Osborne, un hombre casado y con cuatro hijos que vive en Cardiff, la capital de Gales, donde las fuerzas de seguridad registraron hoy una vivienda.

El secretario de Estado de Seguridad, Ben Wallace, informó de que el agresor no estaba fichado por la policía, si bien corroboró «un aumento de la ultraderecha» en el país.

El Consejo Musulmán del Reino Unido tachó el incidente de «violenta manifestación» de islamofobia, y su secretario general, Harun Khan, solicitó un refuerzo urgente de la seguridad en las mezquitas del Reino Unido porque cuando concluya el Ramadán, el 24 de junio, comenzará el «Eid» o festejo del fin del ayuno.

Varios testigos presenciales aseguraron que el atacante gritó que quería matar a musulmanes cuando fue apresado por los agentes.

Uno de ellos, Abdulrahman Saleh Alamoudi, relató que se encontraba junto con un grupo de fieles y que, en ese momento, ayudaban a un anciano que «se había caído», quizás a causa del calor, cuando la furgoneta se dirigió hacia ellos.

«Se nos vino encima esta furgoneta grande. Creo que al menos diez personas resultaron heridas y, afortunadamente, yo me las apañé para escapar», afirmó.

«Entonces, el tipo salió del furgón y le agarré. Estaba gritando: ‘Voy a matar a todos los musulmanes, voy a matar a todos los musulmanes’, al tiempo que iba dando puñetazos», relató.

Un imán de la mezquita de Finsbury Park, Mohammed Mahmoud, explicó que él y un grupo de fieles evitaron que la multitud golpeara al agresor.

Sobre el hombre que murió en el lugar de los hechos, el imán explicó que había perdido el conocimiento poco antes y que diversas personas habían acudido a atenderle.

Cuando la furgoneta se abalanzó sobre los fieles, había recuperado otra vez el sentido, según Mahmoud, que rehusó concretar si su fallecimiento fue consecuencia directa del ataque.

«El análisis del forense deberá dictaminar cómo murió», subrayó.

La primera ministra, Theresa May, confirmó que este suceso es «un recordatorio de que el terrorismo, los extremismos y el odio adoptan muchas formas» e incidió en la «determinación» del Gobierno en «erradicarlos, sin importar quién sea el responsable» de los atentados terroristas.

Este ataque contra la comunidad musulmana «es tan insidioso y destructivo para nuestros valores y nuestra forma de vida» como los recientes perpetrados en Manchester y Londres, aparentemente motivados por extremistas islámicos, aseveró.

Tras estudiar la situación con el grupo de expertos del llamado Comité Cobra -la cúspide de los servicios de emergencia del país-, la líder tory anunció una revisión de la estrategia para combatir el terrorismo y la creación de una comisión contra los extremismos.

También el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, manifestó su «conmoción» por el siniestro e indicó que la violencia contra una fe, sea cual sea, supone una agresión contra todas ellas.

El alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan, calificó lo ocurrido como un ataque a los «valores compartidos de tolerancia, libertad y respecto», y confirmó que se reforzará, con más policías, la seguridad en las mezquitas londinenses.




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