Los príncipes Guillermo y Enrique asistieron hoy a una ceremonia de homenaje celebrada ante la tumba de su madre, Diana de Gales, en el día que hubiera sido su 56 cumpleaños, según informó el palacio de Kensington.
En la ceremonia también estuvo presente la esposa de Guillermo, Catalina, duquesa de Cambridge, quien llevaba a los hijos de la pareja, los príncipes Jorge y Carlota, de 3 y 2 años, respectivamente.
El príncipe Carlos de Inglaterra, exmarido de Diana, y su actual esposa, Camila, duquesa de Cornualles, no pudieron asistir a este acto, pues se encuentran de viaje oficial en Canadá.
La reunión familiar, que se desarrolló en la más estricta intimidad, se celebró en Althorp, en el condado inglés de Northampton, residencia de la infancia de la princesa Diana y lugar donde se encuentra enterrada.
La tumba de la madre de los príncipes Guillermo y Enrique se encuentra en una isla en un lago ornamental conocido como «Oval Lake», dentro del parque «Pleasure Garden», de Althorp, a la que hay que trasladarse en bote.
El lago ha sido remodelado para la ocasión bajo la supervisión de su hermano, Charles Spencer, y su mujer, lady Karen, después de que el que fuera cocinero de Diana, Darren McGrady, afirmara en redes sociales que el lugar donde descansa la princesa se encontraba «abandonado».
Según fuentes del palacio de Kensington, la ceremonia fue oficiada por el arzobispo de Canterbury (primado de la Iglesia de Inglaterra), Justin Welby, en las dependencias de la familia Spencer.
El acto se celebra a menos de dos meses de que se cumpla el vigésimo aniversario del trágico accidente de tráfico que el 31 de agosto de 1997, en París, terminó con la vida de la princesa y de su entonces novio, Dodi Al Fayed, fecha que será conmemorada con varios actos en su honor.
La organización Diana Award, fundada en 1999 para preservar su legado y patrocinada por los dos hijos de Diana, los príncipes Guillermo y Enrique, anunció a comienzos de este año que las celebraciones estarán dedicadas a subrayar su carácter solidario.
Además, los príncipes Guillermo y Enrique han encargado la colocación de una escultura, que podrá ser vista por el público en los jardines del palacio de Kensington, al oeste de Londres.
