En estos últimos  tiempos ha cobrado importancia el conocer la microbiota  (las bacterias   que se encuentran en tu cuerpo y te protegen) tomando en cuenta que a través de las investigaciones  esta juega un papel importante en el desarrollo del sistema inmunitario.

También en la  función de las patologías con importantes componentes inmunitario e inflamatorio (diabetes tipo 1, enfermedad celíaca, endometriosis, por mencionar algunas) y las aportaciones de la modulación de las bacterias intestinales comensales en la prevención de infecciones,  obteniéndose de esta manera nuevos conceptos y aplicaciones en la salud.

Al igual que los últimos avances científicos y numerosas obras han analizado el papel crucial de la microbiota intestinal en la salud del individuo, también se ha estudiado la microbiota vaginal en la salud ginecológica de la mujer, en su bienestar diario, sexualidad, en definitiva, su calidad de vida.

No obstante, pueden aparecer factores que ocasionan un desequilibrio de esta microbiota  que es lo que se conoce como disbiosis, produciendo un sobrecrecimiento o una disminución de las bacterias, lo que puede llevar a  la aparición de enfermedades. Dentro de estos factores tenemos: el uso y abuso de antibióticos, estrés, enfermedades, sedentarismo, deficiencias de vitaminas y una alimentación no equilibrada.

Debido a la posible aparición de disbiosis no solo a nivel intestinal sino también en áreas como la vagina, vulva y en uretra, aparecen los PROBIÓTICOS que no son más que suplementos que buscan recuperar el balance y la diversidad de la microbiota.

Por lo tanto estos probióticos van a estar compuesto de diferentes tipos de bacterias, dependiendo de lo que se quiera mejorar, ya que incluso se ha estudiado las diferentes especies que existen en los diferentes órganos. Sin embargo, en tu día a día si no existe ninguna enfermedad por el momento puedes introducir en tu dieta probióticos de forma natural, mediante  el consumo de yogurt no pasteurizado, kombucha, chucrut, manzana verde, kéfir.

Así mismo, existen probióticos que se indican en el embarazo, infecciones genitourinarias, en el caso de diabetes Mellitus gestacional, durante la infancia, prevención de alergias, prevención de enteritis necrotizante, para el síndrome de intestino irritable, en el manejo de la diarrea aguda y la asociada a antibióticos, además en otras patologías.

En vista de la diversidad de bacterias que podemos conseguir en los Probióticos se hace importante la orientación de un especialista para que así puedas recibir los verdaderos beneficios según tu necesidad.

Se han logrado enormes avances y se ha abierto ante nosotros un área del conocimiento que explica muchos de los fenómenos relacionados con el mantenimiento de la salud, la defensa y la enfermedad, tanto del aparato digestivo como el resto del organismo.

Dentro de este sistema complejo, los alimentos, los prebióticos y probióticos muy probablemente tendrán un protagonismo creciente en la prevención y tratamiento de muchas condiciones algunas de ellas mencionadas anteriormente, como así también en la optimización del estado de salud.

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