«Cuando una sociedad sufre la pérdida de los valores compartidos cae en un estado de anomia (sin norma, sin ley) y los individuos que la componen experimentan ansiedad e insatisfacción…» Emile Durkheim.

Se denomina valores al conjunto de pautas que la sociedad establece para las personas en las relaciones sociales. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor le quita esa cualidad.

El valor es tanto un bien que responde a necesidades humanas como un criterio que permite evaluar la bondad de nuestras acciones. Cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos humanos, etc., que permiten al hombre realizarse de alguna manera. Desde un punto de vista socioeducativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la relación de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.

Nuestro país vive una crisis de valores que se ha propiciado y se acrecienta debido a la impunidad, a la intolerancia, al temor, a la corrupción, a la carencia de un sistema de justicia imparcial, al exagerado control de todos los poderes del Estado y su inocultable sumisión ante el «incuestionable» mandato del Ejecutivo; a la falta de seguridad social, a una inseguridad que demuestra cifras cual partes de guerra; y en muchas ocasiones, a la violación de las garantías y derechos individuales. Más que un problema político o de legislación, todo cuanto acontece responde a la falta de valores y principios morales.

Entre las grandes calamidades que han hecho estragos con nuestro país destacamos el egoísmo y la cobardía, que suelen acompañarse del nihilismo y la falta de fe de tanta gente que no cree ni respeta nada, ni valores ni ideales ni principios. A nuestra sociedad le faltan generosidad y valor; se encuentra temerosa y desorientada. El rasgo de nuestro tiempo es el desamparo, la inquietud.

Y debemos reconocerlo, no resulta fácil la posibilidad de influir desde nosotros mismos en el cambio social, e inclusive en ciertas ocasiones los caminos que se proponen van exactamente en dirección contraria. Lo que hay que tener claro es que el que alguien no pueda ser procesado o condenado por unos hechos no quiere decir que no sea un indeseable desde el punto de vista moral.

Estamos atravesando una etapa oscura… Como la atravesó el pueblo alemán ante la fetidez que emanaba de las chimeneas de los campos de exterminio…y calló. La historia sirve de ejemplo, al mostrarnos cómo culturas altamente desarrolladas dejaron de existir debido a la decadencia moral y a la corrupción de sus dirigentes.

Se dice que se han perdido los valores, creemos que están ahí pero se esconden, para que los enchufados no los compren… Hay hipótesis que dicen que los valores no se pierden, sino cambian, se transforman, que no hay valores perdidos. A no ser que estuviéramos perdidos en el limbo de la locura. Ha llegado el momento de buscar los mejores referentes, con valentía y firmeza. Ha llegado el momento de exigir integridad lo que implica rectitud, bondad, honradez, intachabilidad y sobre todo valor.

Manuel Barreto Hernaiz




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.