Los venezolanos siguen sin ver mejoras en su calidad de vida luego de cumplirse un mes de la puesta en marcha de un programa anticrisis que el Gobierno de Nicolás Maduro anunció como un «milagro económico», ideado por él mismo y que incluye la devaluación de la moneda y el aumento exponencial del salario.

En primer lugar, a un mes de lo que ha sido denominado por economistas como el «paquetazo», se ha reportado el cierre de un número aún no determinado de comercios que no lograron asumir el pago del nuevo salario a sus empleados, con el consiguiente aumento del desempleo.

«Para mí ha sido un completo fracaso», dijo a Efe el economista Luis Oliveros, en contraposición con el balance que el jefe de Estado ofreció el jueves cuando celebró el «éxito» de su paquete de ajustes que incluye la devaluación de la moneda en 95,8 %, controles de precios, aumentos salariales y de impuestos.

A juicio del experto, la única medida con algún éxito ha sido la reconversión monetaria que le quitó cinco ceros a la moneda y con la que echó a andar una nueva familia de billetes con denominaciones más ajustadas a la inflación, un indicador que cerrará el año en 1.000.000 %, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional.

«El único éxito que puede presentar es que ahora los venezolanos cuando vamos a comprar algo las tarjetas nos pasan más rápido porque pagamos en una sola operación, antes teníamos que pasarlas cuatro y cinco veces porque los sistemas no aguantaban», dijo.

Oliveros explicó que el escenario de hiperinflación «está alimentándose» con las recientes decisiones del Ejecutivo, al que acusó de mentir reiteradamente por declarar que ha logrado reducir a cero el déficit fiscal pues el Banco Central (BCV) «aumentó la cantidad de dinero después de la reconversión en números nunca antes vistos».

«Esto es decirle nuevamente al mercado, a los agentes económicos: estoy diciéndote mentiras», criticó.

Otra medida que la llamada revolución bolivariana difundió con altavoces fue el aumento del salario mínimo legal, que Maduro multiplicó por 35 y lo ubicó en unos 30 dólares mensuales según la tasa oficial de cambio (Dicom).

Este hecho, según el economista, «fue muy mal llevado» por el Gobierno «que no puede pretender hacer decretos del salario mínimo para tratar de que la gente gane y tenga mayor poder adquisitivo cuando ellos mismos están alimentando la hiperinflación».

El astronómico incremento salarial y los nuevos controles gubernamentales sobre la producción y distribución de ítems de primera necesidad han animado, siempre según Oliveros, la recesión económica y han hecho que las expectativas económicas hayan «empeorado notablemente» en el último mes.

Ese lapso «es suficiente para que un programa de estabilización quiebre las expectativas negativas de los agentes económicos y muy por el contrario en las últimas semanas hemos visto un nivel de persecución sin precedentes», señaló en alusión al encarcelamiento de 34 gerentes de supermercados.

Maduro ha dicho que castigará aquellos establecimientos donde haya especulación y que «ocultan» los alimentos, generalmente escasos en el país y más difíciles de encontrar en las últimas semanas luego de que el Ejecutivo fijase precios de varios de ellos.

El mismo argumento esgrimió el mandatario esta semana contra los banqueros, a quienes acusó de haber «secuestrado» los billetes, otro bien de difícil acceso en Venezuela.

Todo esto, a juicio de Oliveros, refleja «la misma política económica que ha seguido Nicolás Maduro en sus seis años de gobierno» con el agravante de una mayor persecución a la empresa privada.

El economista y diputado José Guerra ha dicho en sus redes sociales que «a un mes del inicio de la reconversión monetaria, persiste la escasez de billetes y no hay indicios de que la situación va a mejorar».

Pero la «persecución» de la que habla Oliveros también aplica para los venezolanos en general que siguen viviendo bajo un férreo control de cambio desde 2003 que, en el marco del gubernamental «plan de recuperación económica», se esperaba que fuera suplantado por un nuevo marco legal que despenalizó los delitos cambiarios.

Sin embargo, el incipiente mercado oficial de subastas de divisas no termina de seducir a los cambistas que encuentran en el mercado paralelo e ilegal precios muy superiores a la tasa oficial que fija el ente emisor.

Oliveros se atreve a augurar «récord en los niveles de caída del Producto Interno Bruto», más cierre de empresas y «eso te va a generar desempleo, hambre, múltiples problemas que no veo cómo el gobierno vaya a poder revertir esa situación en el corto y mediano plazo».EFE




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