En el hospital Miguel Pérez Carreño murió la madrugada del domingo Freiderling Ilsibeth Jaimes Díaz (16), a consecuencia del disparo que recibió en la parte posterior de la cabeza (más arriba de la nuca), en un presunto enfrentamiento con funcionarios del Cicpc en una vivienda ubicada en el sector El Paraíso, de Santa Teresa del Tuy, estado Miranda.

Su madre Jesica Jaimes asegura que la muchacha estaba de visita en dicha residencia, y vivía con ella en el mismo barrio. Era manicurista y tatuaba cejas a domicilio. El hecho ocurrió el miércoles 28 de junio a las 9:30 de la mañana y Jesica se enteró a las 4:00 de la tarde cuando llegó de su trabajo.

Inmediatamente se dirigió al CDI de Las Flores, donde estaba su hija, pero no podían atenderla por falta de recursos, la llevaron al hospital central de Ocumare del Tuy y el médico de guardia les recomendó trasladarla porque allí no había neurocirujano.

«Los funcionarios no querían llevarla, la trajimos para Caracas en el carro de su tío y quedó hospitalizada, pero no la operaban hasta que se desinflamara. Tenía pérdida de masa encefálica», contó.

Jesica dijo que a su hija la tenían esposada y amarrada a la camilla y tuvo que pedirles a los funcionarios que le quitaran las esposas porque le maltrataban las muñecas. Los días miércoles y jueves permaneció bajo custodia policial y los oficiales alegaron que la muchacha estaba detenida.

Sin ninguna explicación, la custodia cesó a partir del viernes. En ningún momento la muchacha recobró el conocimiento. Su madre no supo qué le había pasado porque solo emitía sonidos guturales indescifrables. El domingo le informaron que había muerto por un edema cerebral.

La primera versión policial indicaba que Freiderling se enfrentó a la policía y en la casa localizaron un arma larga, municiones y otros implementos. Al parecer, había un hombre de 19 años en la vivienda, de la banda del “nariz”, que era el objetivo de los policías, pero escapó herido. También se encontraba un jovencito de 11 años, que estuvo retenido por unas horas.

Jesica Jaimes esperaba este lunes en la morgue que le entregaran el cuerpo de la segunda de sus tres hijos, acudirá a la Fiscalía a denunciar el caso pero no tiene esperanza en la justicia.

Ella no estaba en la zona pero los vecinos le dijeron que los funcionarios colocaron una moto y otros objetos para involucrar a su hija en una banda delictiva.

La adolescente dejó un hijo de un año y 10 meses.




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