Presidente Nicolás Maduro (Foto cortesía)

Fortalecido con un triunfo en las elecciones de alcaldes, el presidente , Nicolás Maduro, busca su reelección en 2018 con la vía despejada tras amenazar a los principales partidos opositores con excluirlos de las presidenciales.

La victoria del chavismo, que ganó el domingo 308 de las 335 alcaldías, era previsible pues decidieron no participar las tres mayores fuerzas de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD): Primero Justicia, del excandidato presidencial Henrique Capriles; Voluntad Popular, del preso Leopoldo López; y Acción Democrática, de Henry Ramos Allup.

Pero Maduro sorprendió cuando, al votar, aseguró que esos partidos quedarían inhabilitados por boicotear las municipales: «Partido que no haya participado hoy y haya llamado al boicot de las elecciones no puede participar más», advirtió.

Estados Unidos consideró la advertencia del presidente como otra medida extrema para cerrar el espacio democrático en Venezuela y consolidar el poder en su dictadura autoritaria», según la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert.

Juan Andrés Mejía, coordinador de Voluntad Popular, minimizó la amenaza, al asegurar que su partido está incluso preparado para una eventual «ilegalización».

«No ha sido suficiente con el encarcelamiento de Leopoldo López, con la persecución a nuestros activistas y no será suficiente con las amenazas que hoy ha manifestado Nicolás Maduro y quienes lo rodean», desafió.

En las elecciones, con una participación del 47,3%, el oficialismo conquistó además la gobernación del estado Zulia, cuya elección se repitió el domingo, sumándola a las 18 entidades ganadas -de un total de 23- en los comicios regionales del pasado 15 de octubre.

«Ahora a prepararse para grandes victorias en 2018», instó Maduro, quien según el vicepresidente, Tareck El Aissami, buscará un segundo período de seis años.

«Dividir al enemigo»

La MUD no participó en las municipales argumentando que hubo fraude en los comicios de gobernadores y que su meta son las presidenciales; por ello aceptó ir el 1 de diciembre a un diálogo en República Dominicana en busca de garantías electorales, cuya segunda ronda será el viernes.

Durante una reunión este lunes en Roma con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, el jefe del Parlamento de mayoría opositora, Julio Borges, abogó por garantías que hagan viable unas elecciones presidenciales justas.

«El resultado de las municipales no refleja el mapa de preferencias políticas de los venezolanos, mayoritariamente opositor; pero sí empeora dramáticamente la capacidad de lucha y motivación de la oposición, algo que el chavismo seguramente sabrá aprovechar», opinó el analista Luis Vicente León.

Opositores y analistas creen que Maduro, con influencia en el poder electoral, adelantará las presidenciales de fines de 2018 al primer trimestre, para aprovechar la fractura que se profundizó en la MUD con la derrota en la elección de gobernadores y el diálogo.

Tras superar protestas opositoras que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio, e instaurar una Asamblea Constituyente de plenos poderes, Maduro subió su popularidad de 24,4% a 31,1%, según la firma Venebarómetro. En cambio, la evaluación negativa de la MUD aumentó de 46,1% a 65,7%.

Pero sigue el malestar por la crisis económica, con fuerte escasez de alimentos y medicinas, por lo que Maduro apunta a evitar que la oposición se reagrupe, según el experto electoral Eugenio Martínez.

También busca ampliar, «a punta de clientelismo», una base electoral estancada, sostiene el politólogo Luis Salamanca.

Pese a tener las mayores reservas de petróleo del mundo, Venezuela está al borde del default total pues sólo tiene nueve mil 700 millones de dólares en reservas y en 2018 debe pagar unos ocho mil millones de su deuda externa, estimada en unos 150 mil millones.

Desesperanza 

Aunque cantada, la victoria del chavismo dejó nuevamente a la MUD en posición incómoda por sus contradicciones. Un grupo de dirigentes que desafió a sus líderes y participó en las municipales logró apenas conservar unos bastiones de Caracas, como Chacao.

«Lo único que le queda es reorganizarse en función de escoger un candidato para 2018, pero eso todavía luce muy complejo porque no hay acuerdo entre los principales liderazgos», manifestó Martínez.

Según León, aunque la oposición tendrá un tiempo muy corto para reestructurarse y definir una estrategia, su problema mayor es no tener un líder que motive, organice y reviva la esperanza.

La MUD deberá además convencer a los venezolanos de que no valió la pena ir a las urnas esta vez, pero sí ir a las presidenciales, señaló Salamanca.

En las calles de Chacao, el malestar es evidente. «Si se sale a votar, el gobierno pierde por el descontento que hay, pero la gente no quiere votar porque está cansada. Lamentablemente la oposición no ha hecho lo que tenía que hacer», aseguró Freddy Rincón, de 45 años.




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