Los docentes Carabobeños decidieron conmemorar el Día del Maestro sosteniendo pancartas y gritando consignas en la plaza Bolívar de Valencia. La exigencia ha sido reiterativa: necesitan mejoras salariales porque con hambre no pueden ejercer su profesión.
Un sueldo digno, seguro HCM y garantías sanitarias frente al riesgo que representa el COVID-19 son las principales demandas de los más de 30 mil agremiados de la entidad. “Lo que antes era un acto de celebración hoy se ha convertido en acto de protesta porque no han escuchado los reclamos que hemos echo durante dos años consecutivos”, indicó Luis Guillermo Padrón, presidente de la junta sindical transitoria del Sindicato de Venezolano de Maestros en Carabobo (Sinvemaca).
Padrón señaló que a la fecha los docentes ganan un dólar quincenal que ni siquiera les alcanza para comprar un producto de la canasta básica alimentaria; tampoco para costear el pasaje hasta los centros educativos.
“No podemos comprarnos un par de zapatos o llevar a nuestros hijos al parque porque acabaron con nuestro sueldo, nuestras prestaciones sociales y la dignidad del docente”, expresó el maestro Jorge García, quien además consideró un crimen de lesa humanidad ganar menos de tres dólares mensuales cuando la ONU establece que una persona se encuentra en pobreza extrema si sus ingresos son menores a un dólar diario.
Clases a distancia no son viables
Los educadores consideraron que en Venezuela no existen condiciones para sacar adelante la planificación escolar con la modalidad a distancia, impuesta por el Ministerio de Educación.
El presidente de Sivemaca explicó que la mayoría de los docentes no tiene teléfonos inteligentes ni servicio estable de Internet para impartir clases virtuales y los planteles tampoco cuentan con la tecnología necesaria para ofrecer asesorías pedagógicas. “Ni siquiera podemos asistir a las escuelas porque no nos garantizan el transporte ni el sistema de bioseguridad: tapabocas, gel antibacterial, guantes o tapetes desinfectantes”.
Sobrevivir al hambre
Al igual que muchos educadores, Yondy Aldana no habría resistido al hambre si no hubiese optado por realizar actividades que nada tienen que ver con la docencia. Ella lo cuenta sin prejuicio ni vergüenza, pero con mucha rabia y tristeza, porque después de haber dedicado tanto tiempo a su preparación académica, la difícil situación económica la ha obligado a ejercer otros oficios.
“He tenido que limpiar casas para poder alimentar a mis dos hijos, siendo licenciada en Educación con postgrado y maestría, mientras mis colegas venden perros calientes, son vigilantes o se dedican al comercio para sobrevivir porque lamentablemente el sueldo de maestros no nos alcanza”, comentó Aldana.
A juicio de Padrón, el ajuste salarial no sólo se trata de calmar el hambre, sino de evadir a la propia muerte. “Se están perdiendo las vidas. Hay docentes que se han suicidado, otros mueren por inanición o por falta de medicamentos ya que no pueden pagar un tratamiento médico. Ni siquiera cuentan un servicio funerario y son enterrados en bolsas de basura”.
Continuarán protestas
Padrón aclaró que no se trata de un paro, sino de un estado de protesta permanente para exigir mejores condiciones laborales y advirtió que, de no ser atendidas todas sus exigencias, los educadores no piensan reincorporarse al segundo lapso del año escolar 2020-2021. “Aquí nadie se va a reintegrar hasta que el salario sea acorde a la realidad del país, porque ningún docente debería trabajar como un esclavo”.
García, por su parte, hizo un llamado a los representantes de estudiantes y la sociedad civil carabobeña en general a sensibilizarse con los maestros. “Las personas deben entender que no podemos dar clases online ni presenciales porque con hambre no se educa ni se aprende”.
La manifestación que inició a las 11:00 a.m. estuvo vigilada por más de 20 funcionarios de la Policía de Carabobo y la Policía de Valencia quienes se encontraban en todas las esquinas de la plaza.
Los maestros aseguraron que seguirán protestando en los próximos días de flexibilización de la cuarentena.
