Las malformaciones vasculares se presenta en 0,3 % de la población y puede afectar a ambos sexos por igual

Las malformaciones vasculares son anomalías que ocurren en el desarrollo embriológico de los vasos sanguíneos. Están presentes desde el nacimiento y tienen un crecimiento gradual, es decir, si el paciente crece, ellas también. Sin embargo, puede acelerarse por traumatismos, cambios en la presión sanguínea, procesos infecciosos, desequilibrios hormonales, entre otros.

La presentación clínica de las malformaciones vasculares es sumamente variable y va desde manchas asintomáticas con repercusión meramente estética, hasta lesiones que podrían afectar la salud de la persona que las padece.

Se clasifican de acuerdo al vaso de origen en capilares, venoso, arterial, linfático o combinado. Unas de las más comunes son las de origen capilar, entre las que se encuentra la llamada Mancha en vino de Oporto.

Esta lesión se presenta en 0,3 % de la población y puede afectar a ambos sexos por igual. Son manchas cuyo color puede variar del rojo intenso a rosado. Se pueden localizar en cualquier lugar de la superficie cutánea pero el 80% de los casos se localiza en la cabeza y el cuello. Pueden observarse también en el tronco y los miembros.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, basado en la minuciosa exploración física, sólo algunos casos ameritaran biopsia de piel. El tratamiento depende del tipo de malformación vascular. Sin embargo, la terapia con láser es sumamente efectiva para este tipo de malformaciones capilares, que tienden a ser planas y de color rojo o violáceo.

Existen una variedad de láseres vasculares como el Vbeam o decolorante pulsado, que es excelente para lesiones superficiales, pues actúa directamente sobre la hemoglobina presente en la sangre. Al calentarla, obliterar la luz del vaso sanguíneo por un efecto térmico, obteniendo un aclaramiento progresivo de la lesión”, explica la Dra. Ingrid Rivera, dermatóloga de UNIMEL.

En el caso de malformaciones vasculares con mayor profundidad es necesario combinar con láser diodo 915nm o Nd:YAG de pulso largo. En ocasiones, también es necesario infiltrar con esteroides de depósito y usar cremas con imiquimod para disminuir la probabilidad de revascularización de la lesión.

La respuesta dependerá de la extensión de la lesión y de su ubicación anatómica, la cual a su vez está relacionada con la localización en profundidad de los capilares.




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