Más de medio millón de surcoreanos protestaron de nuevo este Fin de Año para reclamar la detención inmediata y la destitución de la presidenta Park Geun-hye.
Llevando velas y enarbolando pancartas, los manifestantes se dirigieron hacia los principales edificios de Seúl, entre ellos el palacio presidencial, conocido como la Casa Azul, y las oficinas del primer ministro.
Según los organizadores, más de 600.000 mil personas participaron en la protesta. La policía no facilitó ninguna cifra sobre la participación. «¡Dimite Park Geun-hye¡ ¡A la cárcel ahora!», gritaba la multitud.
El Parlamento votó el 9 de diciembre una moción de destitución de Park, envuelta en un escándalo de corrupción que involucra a una amiga suya, Choi Soo-sil, acusada de haber usado su influencia para enriquecerse e influir en sus decisiones políticas.
La Corte Constitucional está analizando el caso y tiene hasta 180 días para avalar o no la partida de Park. «Vine aquí para celebrar un año nuevo sin Park Geun-hye», dijo a la AFP Kang Jae-chun, que participó en la marcha con sus dos hijos.
Los manifestantes tenían previsto participar a medianoche en una ceremonia en el centro de la ciudad, donde una gran campana de bronce da las campanadas que dan paso al Año Nuevo.