No es casualidad. Las bolsas llenas de basura en las aceras de diferentes comunidades del municipio Libertador son consecuencia de la falta de unidades recolectoras de desechos, a cuyos choferes no les pagan desde noviembre de 2021.
Son más de cuatro meses los que tienen sin cobrar y la única respuesta que les dan desde la alcaldía es que no hay recursos. La última vez que recibieron un pago fue en diciembre, equivalente al adelanto de 100 dólares de la deuda.
Quienes pueden, siguen trabajando con la esperanza de que en algún momento les paguen los que les deben. Pero la mayoría de los 25 contratados por la Cooperativa Translibertador tiene sus unidades paralizadas por falta de repuestos.
Ángel Figuera tiene su camión accidentado desde febrero. En esa oportunidad se le dañó parte del motor mientras hacía uno de los viajes que le correspondía hasta el vertedero de basura El Tigre, ubicado en Guacara.
Él comenzó a trabajar como prestador de ese servicio de la alcaldía de Libertador en enero y nunca ha recibido ninguna remuneración. Ahora está sin su única fuente de ingresos operativa y a la espera de que le paguen para poder repararla.
“Siempre el mismo cuento, que nos pagan esta semana con seguridad, después que se fue la luz, que el presidente del instituto no vino… Y yo sigo con la unidad parada. Las que trabajan es porque los contratan cuando alguna de nuestras unidades de dañan. Nos tienen bajo ese engaño”.
Sin rentabilidad
Ellos cobran 80 dólares por cada viaje que hacen desde alguna comunidad de Libertador hasta el vertedero de Guacara. Son entre uno y tres recorridos de ese tipo que realizan a la semana. “Y con 240 dólares no podemos ni hacerles mantenimiento a los camiones”, aseguró Gustavo Guillén.
La unidad de él requiere tres pailas de aceite al mes. Cada una cuesta poco más de 100 dólares y a eso hay que sumarle lo correspondiente a los filtros. “Se necesita entre 700 y 800 dólares solo para el mantenimiento mensual”.
Rebuscarse con el camión en otra actividad tampoco es opción. Nelson Amaya narró que lo que pueda generar de ingresos de esa manera, se le va en el pago de diésel. “Y eso sin contar que un caucho cuesta entre 300 y 400 dólares depende de dónde se consiga, y ni haciendo tres viajes a la semana reunimos para comprarlos”.
Desde El Carabobeño se intentó contactar al presidente del Instituto del Ambiente del municipio Libertador, pero no se obtuvo respuesta.
