Lidia Cabrera es una anestesióloga caraqueña que está en Ecuador y nunca se imaginó que estaría al borde de la muerte, menos lejos de sus dos hijos y de su tierra. Contrajo el coronavirus. Aún debe mantenerse aislada en su casa por unos 15 días más.
Y es que las sospechas clínicas de que el virus COVID-19 queda en las heces de un paciente contagiado la obligan a un confinamiento más estricto hasta que esté totalmente recuperada.
Dada alta el Jueves Santo, tras 11 días hospitalizada, Lidia Cabrera es una de las miles de personas que ha resultado afectada por el COVID-19 en Ecuador, reporta el portal Crónica Uno.
Egresada de la Universidad de los Andes en 1992, con una especialización en Anestesiología en el Hospital de Los Magallanes de Catia, llegó a Guayaquil como otros tantos médicos venezolanos en busca de mejor calidad de vida.
Pero, este virus la tomó de sorpresa, incluidos a los médicos. «Así que nunca imaginé que caería enferma. Pero un día comencé a sentir dolores en la espalda, en la cintura y un poco de fiebre. Nunca tuve dolor de garganta. Hasta que comencé a tener dificultad para respirar y es cuando me diagnostican”, relata.
Cabrera forma parte de los 5290 casos positivos que registra el gobierno ecuatoriano solo en la provincia de Guayas, una de las más afectadas. Hasta el 12 de abril, el gobierno de ese país registraba 7466 casos positivos y 333 fallecidos, además de 501 casos con alta hospitalaria.
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