Foto cortesía Tennis World ES.

Daniil Medvedev y Andrey Rublev aceleraron el paso de Rusia hacia su sexta final de la Copa Davis en busca del tercer título de su historia a costa de Alemania, que encontró su techo en las semifinales incapaz de prolongar el factor sorpresa y su andadura en la competición.

Rusia acentúa su condición de favorito. Está en la pelea por el tercer título de su historia con solo una derrota en todos los partidos que ha jugado a lo largo del torneo, el que cedió Andrey Rublev con el español Feliciano López en la fase de grupos.

Fue el único síntoma de debilidad del conjunto de Shamil Tarpischev, que ha ganado con rotundidad a cada uno de los rivales que ha tenido en el camino. La inestabilidad del quinto jugador del mundo, que se ha dejado más de un set en el recorrido, ha sido una leve sensación de fragilidad. No fue así, sin embargo, en el choque contra Alemania.

Rublev, ganador este año en Rotterdam y finalista en Montecarlo, Halle y Cincinnati, tardó solo 48 minutos en derrotar a Nikolas Koepfer en el primer duelo de semifinales, por 6-4 y 6-0.

Veinte minutos más tardó Medvedev en resolver su duelo y asentar a Rusia en la final del domingo. El número dos del mundo estuvo al nivel esperado. Sin fisuras, sin rival. Ganó a Jan Lennard Struf en dos sets (6-4 y 6-4), igual que hizo antes con cada uno de los jugadores con los que se topó.

No ha cedido manga alguna el número uno del cuadro ruso, que disputa sus primeras finales de la Copa Davis después de su ausencia en 2019. El moscovita lo celebró a lo grande, con aspavientos que no fueron entendidos por el público de Madrid, que le despidió con abucheos y una sonora pitada.

Alemania llegó hasta el penúltimo tramo. Sin su máxima figura, el tercer jugador del mundo, Alexander Zverev, dejó en manos de Struff y Koepfer su futuro en la competición. Fue el tapado del torneo, con triunfos meritorios como el que obtuvo ante Serbia, sostenido por la fiabilidad del dobles y alguna victoria individual. No le dio tiempo a llegar al choque por parejas. Su rival fue superior.

Rusia, el mejor equipo de la competición con el ránking en la mano, espera al de Croacia, con el que se jugará el título en la final del domingo. Será una reedición del enfrentamiento de 2019, cuando el cuadro de Tarpischev venció a los balcánicos en la fase de grupos. El conjunto ruso, después, cayó en semifinales ante Canadá, que perdió la final con España.

No ha dejado pasar esta oportunidad Rusia, que se situó en la sexta final de su historia. Superó a Ecuador y a España en la fase de grupos. Después a Suecia, por la vía rápida, en cuartos de final. Alemania tampoco ha sido rival para el conjunto de Tarpischev, centenario en Madrid, que volverá a una final catorce años después.

Rusia aspira a su tercera corona, la primera después de tres lustros. Ganó la de 2002, contra Francia, y la de 2006 ante Argentina. Perdió otras tres: en 1994 frente a Suecia y las de 1995 y 2007 ante Estados Unidos.




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