La canciller de Alemania, Angela Merkel, indicó este domingo que el grupo de los siete países más ricos del mundo, el G-7, está preparando un compromiso para aportar 2.300 millones de vacunas contra el coronavirus a las naciones en vías de desarrollo para finales de 2022.
A la espera del comunicado final sobre la cumbre del G7 en Cornualles, se confía en que los firmantes se comprometan a una remesa inicial de 840 millones de dosis a lo largo de los próximos 12 meses, como aventura un borrador recogido por 'Sky News', lejos de los 1.000 millones que se barajaban hace unas horas.
De todas formas, este compromiso dista bastante de cifras como la propuesta por el director de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, que ha estimado en 11.000 millones la cantidad de dosis necesaria para dar por controlada la pandemia en términos de vacunación.
Compromiso insuficiente
Responsables del Parlamento alemán como el presidente de Sudáfrica -uno de los países más afectados por el coronavirus-, Cyril Ramaphosa, han considerado que este compromiso no es suficiente. En este sentido, ha instado a los líderes del Grupo de los Siete a ayudar a "abordar la importante brecha financiera" para las pruebas, el tratamiento y la vacunación contra la COVID-19, estimada en 16.800 millones de dólares para el programa de aceleración de acceso a las herramientas en la lucha contra la enfermedad.
"La entrega inicial de 1.000 millones de vacunas es un paso importante, pero no es suficiente", ha explicado el responsable del Comité de Asuntos Exteriores del Bundestag, Juergen Trittin, a Deutsche Welle, antes de remarcar que cualquier incremento en la producción podría suponer un problema para los países más pobres.
El debate original hablaba de 1.000 millones de dosis
En ese terreno, el G7 debate en Cornualles el objetivo de entregar 1.000 millones de dosis durante el próximo año. Estados Unidos ya se ha comprometido a donar 500 millones y el Reino Unido otros 100 millones. Al mismo tiempo, recalcó Georgieva, es imprescindible comenzar a trabajar para "expandir la capacidad de producción" de vacunas en los países en desarrollo.
Si amplias zonas del planeta quedan sin inmunizar, pueden extenderse nuevas variantes del virus en diversos lugares del mundo que pondrían en peligro los programas de vacunación más avanzados y obligarán además a fabricar nuevos preparados adaptados a esas mutaciones, advirtió.
Coincidió con ella en ese terreno en el presidente del Banco Mundial, David Malpass, que ofreció una rueda de prensa previa a su participación en la sesión de hoy del G-7. "Los esfuerzos en la vacunación van a tener que mantenerse hasta bien entrado 2022, y posiblemente más allá, así que es necesario impulsar la capacidad de fabricación", afirmó Malpass.
"Es muy importante asimismo que continúe la investigación y el desarrollo, porque las variantes del virus van a ser un problema en 2022", advirtió al mismo tiempo. Malpass detalló que uno de los programas que en los que trabaja el Banco Mundial es la creación de una base de datos que facilite la donación de vacunas a países en vías de desarrollos.
"Debemos poder vincular los excedentes de producción con los países que pueden utilizar ese tipo particular de vacuna a tiempo, antes de su fecha de expiración. Ese es uno de los grandes retos", afirmó.
Fuente: cadenaser.com