Merkel pide un toque de queda para una Alemania presa de la COVID
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La canciller Angela Merkel defendió este viernes la aplicación de nuevas restricciones en una Alemania «firmemente agarrada» por la pandemia, entre ellas el que sería el primer toque de queda instaurado en el país por la COVID.

Ésta y otras medidas se encuentran dentro de la reforma legal que aprobó este martes el Gobierno alemán y que, con la intervención de la canciller, iniciaba esta mañana su tramitación parlamentaria en el Bundestag (cámara baja).

El proyecto de ley busca limitar la capacidad de acción de los «Länder» en la lucha contra la pandemia e imponer restricciones homogéneas y uniformes en todo el país, de forma automática a partir de los 100 casos por cada 100 mil habitantes en siete días.

También acabar con el actual bloqueo en las negociaciones entre el Gobierno central y los estados federados, ante la negativa de algunos «Länder» a aumentar las restricciones como propone Merkel por motivos económicos y sociales.

«La situación es seria, muy seria», advirtió Merkel, que pidió atender los «llamamientos de emergencias» de los sanitarios. «Debemos hacer todo lo posible para frenar y romper la tercera ola», agregó la canciller, que consideró que estas nuevas medidas llegan tarde, pero son necesarias y están justificadas, pese a suponer una grave injerencia en las libertades de los ciudadanos.

Contundencia contra el virus

«El virus no atiende a medias tintas. Sólo entiende un idioma: la contundencia», subrayó la canciller, quien agregó que el coronavirus «no negocia» y que «los titubeos no sirven».

La canciller dedicó parte de su discurso a defender en concreto su propuesta de toque de queda, una de las medidas más criticadas y cuestionadas -desde la oposición, las empresas y la sociedad civil- de este proyecto de ley del gobierno. Los gritos y abucheos se repitieron desde la bancada ultraderechista, que ha coqueteado con el negacionismo.

En su actual redacción, estaría prohibido abandonar el domicilio entre las 21.00 y las 5.00 horas en aquellas regiones que superen el límite de los 100 positivos de incidencia acumulada.

La canciller explicó que el toque de queda es una medida útil no por los contagios que se producen por la noche al aire libre, sino porque evita visitas y los contactos en el transporte público. No es un remedio absoluto, concedió, pero en combinación con otras medidas es efectivo.

«El único objetivo es abandonar esta terrible fase de la pandemia para el bienestar de todos», subrayó.

Tras esta primera lectura se prevé que la segunda y tercera tengan lugar la semana que viene en el Bundestag -donde en principio la reforma no debería afrontar gran oposición con la mayoría del Ejecutivo-, para pasar a continuación al Bundesrat (cámara de representación regional), donde la resistencia puede ser mayor.

Limitar los contactos y cerrar la economía

El proyecto de ley prevé, además del toque de queda, limitar los contactos interpersonales a los convivientes y una persona externa a partir de los 100 nuevos casos por cada 100 mil habitantes en siete días, así como el cierre los comercios no esenciales, la cultura, el ocio y la restauración.

Los colegios mantendrán las clases presenciales (aunque con restricciones) hasta los 200 casos por cada 100 mil habitantes en siete días, aunque a partir de los 100 positivos serán obligatorios dos test rápidos de antígenos semanales.

El proyecto de ley obliga asimismo a los empleadores a ofrecer a sus trabajadores en modalidad presencial al menos un test semanal (lo recomendado en todo el país desde hace meses es el teletrabajo).

De entrar en vigor ahora, el denominado «freno de emergencia federal» afectaría a unos 330 de los poco más de 400 distritos del país, según los datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, entre ellos las siete ciudades más pobladas (Berlín, Múnich, Hamburgo, Colonia, Bonn, Stuttgart y Fráncfort).

Cifras al alza

Alemania comunicó este viernes que en las 24 horas previas registró 25 mil 831 nuevos casos de coronavirus y 247 muertes, según el RKI, manteniendo el alza que comenzó a mediados de febrero. El país más poblado de la UE suma así un total de 3 millones 099 mil 273 casos confirmados y 79 mil 628 muertes con o por COVID.

La incidencia acumulada a siete días en el conjunto del país se situó en los 160,1 casos por cada 100 mil habitantes.

Según datos actualizados del Ministerio de Sanidad, el 18,5% de la población (15,4 millones de personas) ha recibido al menos una dosis y el 6,4% (5,3 millones) tiene ya la pauta completa.

El registro DIVI que confecciona el sector sanitario eleva el número de hospitalizados por coronavirus a 4 mil 679 en todo el país, de los que 2 mil 662, el 57 por ciento, se encuentran intubados.

Primera dosis de AstraZeneca

Por otra parte, Merkel recibió este viernes en Berlín la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca contra la COVID.

El portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, informó por Twitter del paso dado por la canciller y aportó una fotografía en la que aparece la cartilla de vacunación de Merkel y el documento de haber recibido la primera dosis de la controvertida fórmula de la farmacéutica sueco-británica.

«Me alegro de haber recibido hoy la primera dosis de AstraZeneca. Agradezco a todos los que participan en este campaña de vacunación y a todos los que se dejan vacunar», aseguró la canciller, citada por el portavoz.

«La vacunación es clave para superar la pandemia» agregó Merkel a través de esa red social.

Pocas horas antes, Seibert había adelantado que la canciller recibiría «en breve» su primera dosis y que después se informaría al respecto, algo que contrasta con otros cargos públicos alemanes que se han dejado vacunar en los últimos días delante de las cámaras con el objetivo de alentar a la población a inmunizarse frente al coronavirus.

El propio Seibert, el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y el presidente del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, Lothar Wieler, resultan algunos de los nombres que en las últimas dos semanas han hecho pública su vacunación.

El vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, también recibió este viernes la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca.

Para los mayores de 60 años

Desde principios de abril pueden vacunarse en Alemania con la fórmula de AstraZeneca los mayores de 60 años (esta vacuna no está recomendada en el país para menores de 60). Merkel, de 66, había anunciado que se vacunaría en cuanto le correspondiese.

Durante los últimos días se había especulado sobre las razones por las que Merkel podría estar retrasando la toma de la primera dosis, entre ellas los problemas ligados a AstraZeneca.

Según datos actualizados del Ministerio de Sanidad, el 18,5% de la población (15,4 millones de personas) ha recibido al menos una dosis en Alemania y el 6,4% (5,3 millones) tiene ya la pauta completa. EFE




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