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En comunicado titulado Yo Defiendo a mis muchachos la Mesa de la Unidad Educativa expresa su preocupación por lo que califican como una desproporcionada arremetida del régimen en contra de la población estudiantil, apoyado en el poder de los cuerpos de seguridad del Estado y en los grupos paramilitares, quienes se han convertido en verdugos de jóvenes que han salido a manifestar pacíficamente por una mejor calidad de vida en su tierra. Muchos de ellos no regresaron con vida sus casa. 

Para un educador, un estudiante es sinónimo de hijo; es familia, es esencia de nuestro trabajo y es reflejo de nuestra actuación. La violencia represiva de la dictadura ha envuelto al país en un clima de desasosiego e impunidad, se expresa en el escrito.

En el comunicado se menciona a jóvenes caídos hasta el día 12 de mayo pasado. Son 24; pero no son solamente un número, son personas: 24 alumnos, 24 hijos, 24 familias, 24 sueños, 24 historias que se cerraron tras una bala cobarde y asesina, un impacto a quemarropa de un perdigón o lacrimógena, una metra o esfera de plomo… Jairo Ortíz, Daniel Quéliz, Bryan Principal, Miguel Colmenares, Gruseny (Tony) Calderón, Paola Ramírez, Carlos Moreno, Daniel Infante, Luís Márquez, Orlando Medina, Juan Pablo Pernalete, Christian Ochoa, Jhonathan Quintero, Armando Cañizalez, Juan López, Hecder Lugo, Miguel Medina, Albert Rodríguez, Oliver Villa Camargo, Eyker Rojas, Mervins Guitian, Jesús Sulbarán, Ramón Martínez, Miguel Castillo. Todos en edades promedio de 22 años.

¡Esos eran nuestros estudiantes!; también lo son los centenares de heridos y detenidos, quienes viven el drama de la ausencia de medicamentos y de justicia por el simple hecho de pensar distinto a quienes aún se mantienen precariamente en el poder, bajo el modelo de una dictadura genocida con un sistema judicial bastardo y desnaturalizado.

Como docentes e integrantes de la Mesa de la Unidad Educativa, rechazamos desde el dolor que causa la pérdida irreparable de un hijo, el asesinato de estos 24 estudiantes y la brutal e inhumana represión a la que están siendo sometidos los que hoy por hoy siguen en la lucha. Para ellos reclamamos justicia verdadera, exigimos el cese de los crímenes y la represión, y exhortamos al magisterio en pleno a integrarse a la reyerta contra el régimen, quien ha herido nuestros corazones con la muerte de estos jóvenes, pero que nos impulsan a continuar con fuerza, determinación y en resistencia absoluta en la calle.

A nuestros adversarios, les recordamos que el genocidio, la tortura y el terrorismo de estado son delitos de lesa humanidad… no prescriben y son imborrables. Tengan la certeza que éstas y otras arbitrariedades las denunciaremos y documentaremos la barbarie cada día y será el expediente para los tiempos de justicia real.

A nuestros estudiantes, nuestros hijos de vida, les ratificamos: ¡SUS MAESTROS Y PROFESORES DICEN PRESENTE! No duden que los estaremos acompañando codo a codo en la búsqueda de una salida constitucional de esta situación. Estamos plenamente comprometidos en la lucha, pero también en el diseño de una educación democrática y científica que nos ayude a reconstruir el país en el menor tiempo para brindarle a su generación un mejor futuro, lleno de esperanzas, de retornos al terruño y de posibilidades de cumplir con metas aquí en su hogar, Venezuela y no en otras latitudes.

Este martes 16 mayo la Fiscalía General de la República informó a las 8:00 p.m. que un total de 42 personas habían muerto en las manifestaciones de protestas ocurridas durante los últimos 46 días en el país.

Nota de Prensa  de la Mesa de la Unidad Educativa




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