Algunos prefieren utilizar el metro sólo los fines de semana porque aseguran que es mas seguro. Foto: Armando Díaz.

Los carabobeños toman el Metro de Valencia porque es más rápido y les evita esperar los caóticos autobuses en los que se sienten más expuesto ante robos y otros peligros. La historia en el subterráneo, sin embargo, no es diferente a la que se vive en la superficie.

Los usuarios pueden utilizar 9 estaciones de las 19 planificadas para la línea 1 y en todas estas se viven diariamente episodios de delincuencia, debido a la falta de seguridad.

Exterior de la estación Monumental dirección A.v Las Ferias. Foto: Armando Díaz.

Era temprano en la mañana y William Castillo, de 68 años, iba a visitar a su hija en Santa Rosa, desde Naguanagua. Como siempre, en las horas pico es imposible transitar en los vagones. La cantidad de usuarios era asfixiante.

Al salir del vagón buscó la salida más inmediata. Las escaleras mecánicas no funcionaban, subió por las otras y en su recorrido vio a una mujer mayor, con dos niños, que minutos atrás lo observaba fijamente mientra el revisaba su celular.

William Castillo. Foto: Armando Díaz

Casi llegando a la parte superior de la estructura sintió una mano en su bolsillo, el mismo en el que estaba su celular. «Me robaron» pensó, pero la mano seguía en el mismo sitio, estaba atascada. Al bajar la vista quitó el brazo y la apartó.

Con enojo se dirigió a la mujer a la que le calculó unos 60 años y la regañó «¿No le da vergüenza con estos niños?» Los menores lo miraron pero parecieron no inmutarse. Él siguió su camino y vio a la ladrona quedarse cerca del andén.

Foto: Armando Díaz

Castillo tiene algunas técnicas para evitar que lo roben. Son enseñanzas que su hija le ha dado y el optó por seguir

1- Llevar las pertenencias de valor en la parte delantera.

2- No estar pegado a las puertas.

3- Los bolsos sujetarlos con los brazos para evitar que alguien los rasgue.

4- No sacar celulares.

5- Meterse las manos en los bolsillos.

Hombre toca el cuatro dentro de un vagón con rumbo a la estación Cedeño. Foto: Armando Díaz.

Es domingo en el metro y la población del subterráneo disminuye. Las instalaciones quedan vacías. No hay ruido, sólo el de los vagones cuando se detienen a cargar y descargar pasajeros. A las 11:00 a.m. hay una veintena de personas en la estación Monumental. Dos mujeres esperan para abordar, ninguna ha sido victima de robos pero ambas los han presenciado, tanto dentro como fuera del recinto.

Usuarios esperan abordar el metro en la estación Monumental. Foto: Armando Díaz.

Flor González relató lo que vio hace un mes en la estación Palotal. Iba hacia la Cedeño y la estación estaba llena. Utiliza con frecuencia el Metro y afirmó que los robos incrementan cuando hay más gente Eran las 4:00 p.m y justo cuando todos se amontaban para salir del vagón vio como un hombre le sacaba el celular del bolsillo a un muchacho y con la misma habilidad escaparon.

Las estaciones Santa Rosa, Michelena, Palotal y Las Ferias tienen poco alumbrado, una mitad tiene luces titilantes que dentro de poco pasarán a estar dañadas. En las escaleras se abre una boca de lobo en la que es imposible subir por la falta de visibilidad.

Escaleras de la estación Santa Rosa. Foto: Armando Díaz

La falta de vigilancia dentro de las instalaciones es también evidente. Los únicos trabajadores visibles después del personal de limpieza son los que están en los torniquetes. Ellos pasan un carnet por el aparato cuando se paga el boleto, para desbloquear el sistema.

A Ismari Naveda le gustaba usar el metro, hasta hace unos tres meses, cuando se dio cuenta que la delincuencia estaba más latente y montarse en un vagón era igual de peligroso que montarse en las camionetícas. Ahora sólo lo utiliza fines de semanas. En un mes robaron a su prima y a su tío. A la primera le quitaron el teléfono y el monedero y al segundo sus pertenencias, cuando estaba en la superficie.

Estación Santa Rosa en completa soledad a las 11:50 a.m. Foto: Armando Díaz.

Sin respuesta quedó Mary Molletones cuando presenció un robo. «No podemos hacer nada, ya eso no es nuestra responsabilidad» respondieron los empleados. Ella sintió mucho coraje ante la ineficiencia y falta de respuestas, pero continuó su camino y se fue.

Ella sabe quien es la ladrona en la Estación Santa Rosa. Siempre la ve. «Joven, blanca con cabellos enrulados, una cicatriz en el cachete y siempre está con dos muchachos». Ella pidió que le mostraran las cámaras y los trabajadores afirmaron que siempre opera en el lugar, pero nadie hace nada. Molletones es la única usuaria sentada en un banco en la estación Michelena. Son las 12:00 p.m. y espera impaciente con su marido que llegue el tren para sentirse segura.

Llegó el metro. Foto: Armando Díaz.

A pesar de las condiciones, las personas afirman que el servicio es bastante seguro, aunque no tienen aire acondicionado y dos estaciones están inconclusas, pero operativas. Los pasajeros agradecen tener un servicio como el que usan diariamente. Mientras tanto a unos metros de la Monumental, bajo el elevado del Sur, hay un modulo de la Policía de Carabobo donde, según Molletones nunca hay nadie y donde este domingo se negaron a dar información por no estar autorizados.

Puesto de la Policía de Carabobo a unos metros de la estación Monumental. Los oficiales se negaron a dar información por no estar autorizados. Foto: Armando Díaz.



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